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Por fin Alberto Garzón va primero. En cuanto a la calidad del vídeo de campaña, me refiero. Y aunque por Izquierda Unida se vean solos y desde fuera también se les divise con dificultad, la historia narrada en el spot y que arranca con Garzón dándole la espalda al espectador en medio de una avenida desierta, lo que quiere significar no es eso, sino que son los únicos que se han alejado de la batalla por el centro y, de ahí, que la cámara dé una vuelta al candidato y vaya recreándose en descubrir de quién se trata bajo los acordes de una voz en off que juega con rasgos propios de psicoanálisis: «Estamos solos en la pelea contra esta realidad. Solas y solos. Por querer ser como somos, por querer imaginar otro país... Un país en el que se pueda elegir al jefe del Estado -asunto que los círculos han dejado fuera de la agenda-, un país verde, limpio, sostenible, diverso, solidario, laico y pacifista. Un nuevo país». Y, para que no les entre el bajón, enseguida engarza el narrador con un «puede parecer que nos hemos quedado solos, pero no lo estamos» y, gracias a un giro de cámara, aparece una buena basca tras Garzón. La mayor puya a su gran rival llega al entonar el «si somos como somos, es porque venimos de donde venimos» con imágenes de Allende, los claveles, Dolores y el poeta... porque no van a meter la de Cayo Lara ni la de Willy Meyer, que también han pesado lo suyo. La cercanía al artisteo alguna ventaja habría de tener y, en este caso, cuentan con muchas posibilidades de ganar el goya a la emotividad. Lo malo es que Podemos practica el riego por inundación y, a estas alturas, puede tener virales para dar y tomar. Es lo que pasa cuando uno viene de Marx y, los otros, de MacLuhan. Pero yo, al menos, me alegro de haber tenido la posibilidad de mirar hacia la más clandestina de nuestras izquierdas. Lo difícil será sacar a upeydé.

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