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España es así

No hay liga como la «Premier», ni Cámara como la de los Comunes. Venían los ingleses y había cierto respeto: no en vano Wellington y compañía acabaron en Waterloo con el imperio de Napoleón, el sudor y las lágrimas de Churchill sostuvieron a Europa frente a Hitler, pasan los años y los Beatles y los Rolling siguen siendo insuperables, y decir que eres «keynesiano» todavía te da puntos entre la progresía. Entre medias, encima, inventaron los dos mejores deportes que existen, el fútbol y el rugby. En el último Mundial de éste, celebrado en Inglaterra el pasado mes de octubre, sufrieron la humillación de verse eliminados en la fase de grupos (es decir, peor aún que lo que nos pasó a nosotros en España 82, que ya es decir?). Así que los ingleses, fanáticos como pocos de los deportes, han girado la cabeza hacia su selección de fútbol, que les dio alguna alegría en el pasado Mundial y que ha conseguido la clasificación para la Eurocopa del próximo verano ganando todos sus partidos.

Así que allí que nos juntamos treinta mil aficionados en el Rico Pérez, con ganas: nada mejor, además, que un partido difícil y competido frente a un adversario de primer nivel para que la hinchada se olvidara de pitiditos absurdos y disfrutara de un partido «top», como dicen los locutores cursis. Pero la pérfida Albión no llegó ni a ingenuo gatito, y resultó un fiasco «top», también: una colección de rocosos y hercúleos atletas con centímetros para regalar, pero que no vieron bola en todo el partido, porque ésta siempre estuvo en poder de Iniesta, de Alba, de Cazorla, de Cesc.

No obstante, los ingleses, que llevan extraviados desde que les regalaran la final del Mundial del 66 con un gol fantasma, han evolucionado: antes, y como prueba de su rudimentario estilo, su mayor peligro venía de los saques de esquina. Pero esto ya no es así, porque por no crear, ya no crean ni córners. Los de Hodgson hicieron el primer disparo a puerta en el minuto ?. noventa y uno, permitiendo que Casillas justificara su salario. Frente a ellos, la selección española hizo un partido más que correcto, controlando el juego, creando ocasiones, tocando la bola y triangulando, presionando bien su salida de balón. Ya en la primera parte Costa y Alcácer (voluntarioso el primero y fallón el segundo) pudieron marcar algún gol, pero no pudo ser. Empezó la segunda parte con Nolito en plan estrella dejando detalles a diestro y siniestro, y el partido empezaba a atascarse cuando Mario cazó al vuelo un buen pase de Cesc y coló un golazo al bueno de Hart. Diez minutos más tarde llegó el segundo de Cazorla. Partido finiquitado, y a otra cosa, mariposa.

Lo mejor de los ingleses, los cánticos de sus aficionados que llenaban el fondo sur y no pararon de animar el cotarro, coreando incluso el nombre de Piqué, en plan rechifla. Y es que en este país hemos conseguido lo imposible, o el más difícil todavía: que a Casillas le piten los aficionados del Madrid, que los del Athletic y el Barça aprovechen la final de la Copa del Rey para chillar contra el himno nacional, y que a un jugador que ha demostrado compromiso con una selección que lo ha ganado todo, se le pite jugando en casa. Así vamos como vamos, y nos pasa lo que nos pasa, qué le vamos a hacer.

El mejor del partido fue Bartra, que se llevó una buena ovación cuando fue sustituído. Pero no se preocupen, que seguro que dentro de un tiempo alguna razón encontraremos para pitarle por cualquier motivo, no les quepa ninguna duda. O pitarán a Andrés Iniesta en Cataluña, vete tú a saber. España, para bien o para mal, es así.

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