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Toni Cabot

¿Y si no pitan a Piqué?

Disfruten mucho y mediten un poco. La oportunidad que aparece esta semana por estas tierras no se repite a menudo. La Roja lucirá por el Rico Pérez con todas sus figuras ante un enemigo de campanillas, Inglaterra, una escuadra con armamento liderada por Rooney, ese diablo con electricidad en los pies. Espectáculo de primer nivel para el sufrido aficionado que habita por estos lares, históricamente habituado a ver partidos de este nivel únicamente por televisión.

Balón aparte, el encuentro del viernes traerá consigo una lluvia de euros sobre la ciudad durante unas horas intensas que repartirán colorido y beneficio. Todo son ventajas alrededor del juguete más preciado de la Federación Española, deseosa de encontrar un lugar donde Piqué deje de ser maltratado. La pitada al barcelonista se ha convertido, desgraciadamente, en un ritual que acompaña a la Roja. Aunque se evite mencionarlo o se reste importancia en cada declaración, tanto el cuerpo técnico que dirige Vicente del Bosque como la cúpula directiva que preside Ángel Villar están deseando encontrar un lugar que quiebre la tendencia, que transmita apoyo sin fisuras al grupo, que rompa esa desgraciada moda de silbar en manada cada vez que el barcelonista toca la pelota. Por ahí, Alicante, que ya ha asegurado el éxito en las gradas, tiene mucho que ganar. Marcar un punto de inflexión en este asunto colocaría al Rico Pérez entre los destinos mejor valorados para repetir experiencia. Basta con cambiar silbidos por aplausos.

Valentín Botella. El directivo oriolano es el responsable de que el España-Inglaterra se celebre en Alicante. Su machacona insistencia en los pasillos de la Federación ha dado sus frutos. Justo es reconocerle el mérito. Al César lo que es del César.

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