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De Toros

Octubre en la fiel memoria alicantina

Marca octubre el tramo final de la temporada. Entre La Pilarica zaragozana y el San Lucas jienense. Tan lejos y, a la vez, tan cercano el inicio del ciclo que ahora asume su epílogo. Tiempo el ya casi ido en que fueron surgiendo nuevos nombres que enriquecen y ofrecen amplias perspectivas de rivalidades y aportaciones de nuevas y saludables savias al momento actual del toreo, enquilosado por escasas voluntades de renovar y vivificar el toreo. Es la competencia, la vital y siempre enriquecedora competencia. Este octubre que abrió campo de emociones en la otoñal feria madrileña, donde Las Ventas fue emocionado testigo de los valerosos alardes de un López Simón enrachado de éxito y, a la vez , la enjundia de un faenón de Paco Ureña a un Adolfo Martín, último toro del serial. En lo negativo, ese descortés e imprudente exhibicionismo de López Simón, amplio vendaje en su herido muslo izquierdo, recorriendo el diámetro del ruedo venteño al salir de la enfermería y no hacerlo por el callejón, como es prudente y respetuosa costumbre, para no desviar la atención hacia el compañero de cartel. Zaragoza y Jaén. Octubre...

La memoria alicantina revive con cada octubre, cuando Alicante tenía por norma rematar la temporada en tan otoñal tiempo. Algo que provoca cierta extrañeza a quienes, por edad, no pudieron ser testigos de aquellos inolvidables aconteceres. Toreros de la talla de Rafael «El Gallo» alternando con «Gallito», el mítico Joselito; Juan Belmonte de novillero puntero; presentación de Sánchez Mejías como matador de toros; Domingo Ortega en triunfal presencia y sobre todo las alicantinidades de los «Tino», «Pacorro», «El Caracol»y «El Inclusero». Todos los citados como testimonios de lo más sobresaliente en el octubre de otro Alicante que contaba con empresarios de fe y afición. Benidorm, en su etapa más prolífica, asumió aquel testigo otoñal. Octubre en la memoria...

En la fiel memoria del octubre alicantino resalta el empeño de Manuel Rodríguez «Manolete» de torear el 12 de octubre de 1944 en esta plaza. Tal decisión obligó a la empresa Guixot a sumar dos toros al cartel inicial: toros de Francisco Chica, antes Duque de Braganza, Real Casa portuguesa, para Luis Gómez «El Estudiante», el azteca Fermín Rivera y debut de Luis Miguel Dominguín. «Manolete» se sentía en deuda con Alicante por su aciaga tarde de San Pedro. De ahí su comentario para justificar su alicantina presencia : «Por respeto a esta afición». Obtuvo un triunfo absoluto en sus dos toros. Tan satisfecho quedó que rebajó sus honorarios en 25.000 pesetas, ya que la amenaza de lluvia restó público de la provincia. Y de Alicante a Valencia a doctorar a «El Choni» ante Arruza. Fiel memoria. Octubre. Alicante.

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