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Jaime Merino

En el día del corazón

El corazón es amor: en nuestra sociedad el corazón tiene buena prensa. En él colocamos el amor, nuestros sentimientos y el sexo. Su trabajo es importante, es un motor, que se contrae sin parar desde que nacemos hasta que morimos, tanto como unas 9.000 veces cada día. Si no late morimos, y, sin que se lo indiquemos se ajusta a nuestras necesidades.

Es una casa con cuatro cámaras o cavidades: dos ventrículos que al contraerse (es lo que llamamos sístole) mandan la sangre a las arterias. La del lado izquierdo la envía a la arteria aorta. Cada vez un medio litro, y lo hace con fuerza. Tanto que la distribuye por todo nuestro cuerpo, ya que sus células las necesitan para vivir. La usan para «quemar con su oxigeno los nutrientes que comemos. Un órgano muy sensible a su falta es el cerebro. Ya sabe lo que les pasa en pocos minutos a los que no pueden respirar, bajo el agua o respiran de una estufa que quema mal. Esa sangre origina el pulso, y al rozar con las arterias una presión que llamamos arterial. Su fuerza le permite regresar por las venas (cavas) hacia aurícula derecha, subiendo contra la gravedad. Es el circuito mayor.

Las otras dos cámaras se llaman aurículas, la derecha está llena de sangre pobre en oxígeno, porque recoge la sangre cuyo oxigeno ha sido utilizado en todo el cuerpo y la pasa al del ventrículo derecho. De él sale por la arteria pulmonar que la lleva a los pulmones para que se oxigene de nuevo pasándola al ventrículo derecho, y haciendo que salga por la arteria pulmonar para que se oxigene de nuevo. Ese circuito se llama menor y fue descubierto por el médico Miguel Servet, nacido en Tudela en 1511. Además era teólogo y murió quemado vivo al ser condenado por el catolicismo de la época.

Entre las cámaras hay puertas o válvulas. La mitral entre aurícula y ventrículo izquierdo. Tricúspide entre esas cámaras en la derecha cardiaca y sigmoideas aortica o pulmonar a la salida del ventrículo izdo. y dcho. Al cerrarse las válvulas hacen un ruido, característico, los tonos cardiacos, que los médicos valoran auscultando con el fonendo en ciertas zonas del tórax. También valoran la persistencia de sus latidos y registran los cambios de energía del músculo con el electrocardiograma, que permite definir que alguien ha muerto. Importa que le cuidemos.

Las enfermedades del corazón pueden ser muchas. Podemos hablar de su localización en su estructura o paredes, que son tres: de dentro a fuera: endocardio: las válvulas, central o del propio musculo o miocardio, o su envoltura o pericardio. O podemos hablar de sus causas: genéticas con tabiques malformados o agujereados que permiten que la sangre de un hemi- corazón se mezcle con la del otro hemilado, la mala dieta, tóxicos, infecciones, tumores.

Algunas personas tienen lesión en las válvulas. Algunas se estrechan o estenosan y difícilmente dejan que la sangre avance. Otras veces la válvula se rompe y es insuficiente. En cada latido la sangre en parte avanza pero parte retrocede. (Estenosis e insuficiencias valvulares). Entonces las células de la sangre que las atraviesan se rozan y hacen un ruido particular, que llamamos soplos cardiacos y permiten reconocer el daño de la válvula. Los cirujanos con capaces de agrandar el tamaño de las estenosadas, o recambiarlas, sea, con una válvula artificial o prótesis que será mecánica o biológica (de material orgánico, por ejemplo del cerdo). Podemos incluso vivir con el corazón parado si nuestra sangre la mueve una máquina, es lo que lo que se llama circulación extracorpórea. Le reparan y luego reconectan. Cada vez más hay intervenciones sin ir a quirófano.

Puede que en la aurícula acumule sangre, se haga un trombo: sucede si hay arritmias o las cavidades están grandes. Si se suelta un pedazo de él, circula, se llama embolo y acaba tapando y dañando una zona en el cerebro, o pulmón, lo que es grave. Otras veces una infección puede asentarse en esa zona, y también liberar material y soltarlo a la circulación (endocarditis). Necesitará un tratamiento antibiótico adecuado.

Otras personas tienen fallos en el sistema de conducción de los impulsos que hacen que unas cavidades se llenen y otras se vacíen. Hablamos de arritmias. Hay unidades específicas para estudiarlas y tratarlas. Así, si lo precisa le proveerán de un marcapasos, o le darán medicación que ajuste su pulso arterial, frenándole si va rápido y acelerándole si va lento.

O no recibe suficiente oxigeno: es quizás la enfermedad cardiaca más frecuente y la que causa más muertes. Es la primera causa de muerte para los hombres en Occidente; consiste en que la masa muscular, el miocardio no tiene oxigeno suficiente, se produce una isquemia (daño reversible que llamamos angina de pecho) o un infarto, si la falta de riego produce destrucción de sus células, los miocardiocitos: casi siempre se debe a que las arterias que riegan el musculo están semi obstruidas, acumulan grasa, por arteriosclerosis. En otras ocasiones el daño está en la envuelta del corazón: el pericardio. Por paso de una infección vecina, acumulo de líquido porque el corazón trabaja mal? Puede precisar fármacos diversos o incluso que le vacíen ese líquido acumulado.

¿Qué podemos hacer para mantenerle sano? Vigilar y tener bien controlados nuestro colesterol, azúcar y la tensión arterial., no fumar, normalizar nuestro peso, y realizar una vida activa, no sedentaria y evitar el estrés. En situaciones comprometidas, acudir de urgencia al hospital, allí serán capaces de dilatar arterias estrechadas o de colocarle unos tubos (stents) que mantengan el riego. O con un pedazo de vena sortear la arteria estrechada.

No lo dude, cuidarse es clave. Es un órgano en el que se localizan muchas enfermedades, en el que se ha avanzado mucho en prevenirlas e identificarlas: valorar el pulso o la tensión arterial, registrar su tamaño (por Rx. del torax, o tac) o dirigiéndole un haz de ultrasonidos (ecocardio) que detecta el tamaño de las válvulas, y valora incluso valora si las paredes laten bien y le somete a estrés o sobrecargas (marcha sobre bicicleta o tapiz rodante, rellenar sus arterias de contraste y ver si tienen acúmulos de grasa, o valorar su grosor con eco, e incluso conocer con isotopos radiactivos cómo es su metabolismo.

Confíe en sus cardiólogos.

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