Se está celebrando en Filadelfia (Estados Unidos), una reunión mundial de las familias cristianas, durante los días 22 al 27 de este mes de septiembre. En este último domingo, celebrarán la misa de clausura el Papa, Francisco, acompañado de muchos obispos y sacerdotes asistentes del encuentro. El lema de la reunión dice: «El amor es nuestra misión, la familia plenamente viva». El objetivo del encuentro es recuperar la centralidad de la familia como misión de la Iglesia universal, de cada Diócesis y de cada parroquia. De todos es conocido el conjunto de problemas que presentan muchas familias actuales.

Preparación. Unas veces es la discordia o la separación e incluso el divorcio. A todos estos males hay que poner remedio, porque la familia representa un valor máximo en el amor, en la solidaridad, en la felicidad de las personas, de los padres y de los hijos. Y ese remedio empieza por una preparación adecuada del matrimonio, que no consiste solo en la doctrina correcta de lo que es el matrimonio cristiano, frente a las desviaciones que se dan actualmente, sino que hay que educar también la vida sentimental y la convivencia. Incluso se pide actualmente que si es convenientes o necesario, se acompañe a los recién casados. Este punto entra en la pastoral matrimonial de la Iglesia en este tiempo. El Encuentro Mundial de las Familias es una oportunidad para discernir cuáles son los caminos por los que el Señor quiere llevar hoy a las familias. Se anuncia el evangelio de la familia y allí mismo se da testimonio y se goza de la belleza y de la grandeza de la vocación matrimonial y familiar.