El pasado mes de mayo, las elecciones locales en Elche arrojaron un resultado que muchos vaticinábamos. Tras una legislatura caracterizada por gobernar de espaldas a los ciudadanos, con un ordeno y mando altanero, y sin contar con la mayoría, el Partido Popular perdió una mayoría absoluta que había costado treinta y dos años alcanzar. Los responsables de esa derrota tienen nombre y apellidos, y al frente de ellos se encuentra Mercedes Alonso. Tras esa debacle la autocrítica y la asunción de responsabilidades brillaron por su ausencia.

Ahora, transcurridos cien días de una gestión inane del actual equipo de gobierno municipal, los que, con sus malas formas con el pueblo y su particular soberbia, propiciaron su advenimiento, convocan una convención local del PP de Elche para, en palabras de su secretario general, Pablo Ruz, «conocer de primera mano las propuestas y las críticas de los ciudadanos». Encomiable objetivo, si fuera sincero.

En primer lugar, los firmantes de esta tribuna, todos militantes del Partido Popular de Elche, al igual que varias decenas más de compañeros que nos han expresado su malestar, nos hemos enterado de la celebración de esa convención por la prensa. No ha habido debate previo, ni análisis, ni reflexión alguna y lo más triste resulta que no se espera que lo haya después.

Además, nadie, salvo el cada vez más reducido número de colaboradores de la presidenta local, conoce cual va a ser el contenido de las reuniones, si es que lo tienen, ni cual es su objetivo, si es que existe alguno, ni si va a haber algún cauce democrático que permita expresarse a los militantes. Aunque, como hemos dicho antes, difícilmente lo podremos hacer cuando ni siquiera se nos invita a participar.

En definitiva, se trata de hacer ver, a quien todavía sea tan ingenuo para creerles, que las mismas personas que jamás han permitido el más mínimo atisbo de democracia interna en el PP de Elche, van a permitir ahora una participación abierta. ¡El zorro cuidando el gallinero!

Seamos realistas y sinceros. El Partido Popular de Elche goza de una pésima salud y los médicos que tratan al paciente le están aplicando, como medicina, el veneno que le ha llevado a su estado de agonía.

Es necesaria una renovación real, un cambio de formas sincero y unos dirigentes que estén al servicio de los intereses de nuestra ciudad y de sus ciudadanos. El PP tiene personas que pueden acometer esta tarea, pero los actuales dirigentes locales las apartan para que no les hagan sombra. De un tiempo a esta parte siempre ha sido así. Una actitud que demuestra poca altura de miras y deja en evidencia que hay quien antepone sus propios intereses a los de un proyecto serio, ilusionante, cargado de propuestas, que se podría conformar en el PP ilicitano.

A este paso, el PP en Elche que ya es como un cortijo, se va convertir en una caricatura de si mismo o de quien lo preside. Creemos que es hora de un cambio profundo de personas y de formas, es hora de dejar pasar, de que entre aire fresco en el seno del partido, con nuevas formas que conecten con la sociedad. Hoy más que nunca el centro-derecha de la sociedad ilicitana necesita un partido sagaz, capaz de aunar esfuerzos, alejarse de personalismos e integrar desde el respeto y el buen hacer. Los ilicitanos quieren cambios y es responsabilidad de todos asumirlos y ponerlos en marcha.

Da la impresión que los actuales dirigentes del PP en Elche se sujetan al sillón con pegamento. Nadie asume responsabilidades. Poco les importa que en diciembre haya unas elecciones generales en las que España se juega mucho. Ellos van a la suya y así es muy difícil construir un nuevo proyecto y recuperar la confianza perdida. Váyanse señores, su tiempo ya ha pasado, han tenido la oportunidad y la han desperdiciado. El día que se vayan? el PSOE volverá a temblar mientras? siguen frotándose las manos.

(*) también firman: Justo González, Sebastián Polo y Daniel McEvoy, militantes del Partido Popular de Elche.