Asisto en la Sede Ciudad de Alicante a una conferencia sobre Vivir un buen morir y disfruto con la lucida exposición del oncólogo clínico Enric Benito y con sus reflexiones y consideraciones sobre tan transcendente tema. Capta mi atención la pregunta que en el coloquio que sigue formula un inquieto asistente sobre si existe un perfil de enfermo que se enfrente al inevitable momento con especial entereza.

Se le responde que más que un perfil en tal sentido cabe hablar de que enfrentamos la muerte normalmente como vivimos nuestra existencia, y que las personas con serenidad, paz interior y valentía viven su muerte con los mismos sentimientos o actitudes.

Y me quedo con la palabra valentía que relaciono con ser capaz de vencer los temores y superar los miedos con determinación interior, y que es necesaria para conseguir metas y proyectos, lanzándose a por nuevos objetivos, desde luego con prudencia y con la idea de una buena finalidad.

Recuerdo un artículo de Paulo Coelho, el genial escritor brasileño, en el cual relata cómo ante la pregunta de un periodista del Mail on Sunday relativa a cómo sería su funeral, responde que intenta no dejar jamás para mañana lo que puede vivir hoy, y ello incluye alegrías, obligaciones hacia su trabajo, pedir perdón cuando siente que ha hecho daño a alguien, comprender el momento mágico que cada día lleva consigo y reflexionar sobre las cosas importantes de la existencia, dando las gracias por cada minuto.

De modo que sonrío, claro, y recordando a Serrat, procuro decirme siempre que hoy puede ser un gran día.