Hoy por hoy, la lucha contra la violencia de género es, sin lugar a dudas, una prioridad nacional. Es una causa que debe unir con la mayor diligencia todos nuestros esfuerzos». Cuando escuché estas palabras se me puso el estómago del revés. Pensarán que cómo es posible, que debería estar satisfecha porque (casi) siempre escribo sobre eso mismo, sobre esa necesidad. Pero es que es muy importante saber quién, dónde, cómo, cuándo y por qué se dice algo para saber si lo dicho merece credibilidad o no. Vamos, para distinguir el postureo de lo que no lo es. Y esto lo es. Por no llamarlo cinismo, que también.

Son las primeras palabras del discurso del Presidente del Gobierno con ocasión de la visita realizada este pasado viernes a la sede del 016, ya saben, el servicio telefónico de información y asesoramiento contra la violencia machista. A ver, quizá si eso lo hubiese hecho al principio de la legislatura (y digo quizá), hubiera sido creíble; pero a estas alturas, con la cita electoral a la vuelta de la esquina, cuando hemos sufrido sus políticas retrógradas y antisociales, sus continuos recortes presupuestarios en igualdad y contra la violencia de género, sus reiterados silencios vergonzosos ante los asesinatos machistas, no cuela. Sólo nueve días antes, el Senado, expresándose a través de la mayoría parlamentaria del PP, rechazaba una moción socialista en la que se instaba al Gobierno a promover urgentemente y antes del fin de la legislatura un pacto de Estado contra la violencia machista. Los intentos anteriores en este sentido durante la legislatura, que los ha habido, también fueron aplastados por el rodillo parlamentario de los populares. Y el miércoles, mientras el PP en el Senado aprobaba privar a las menores de 16 y 17 años del derecho a interrumpir voluntariamente su embarazo (¿es eso luchar contra la violencia machista?), el Ministro Alonso afirmaba en el Congreso la necesidad de ampliar la Ley contra la Violencia de Género, pero lo dejaba para la siguiente legislatura. Ya me dirán, con estas pocas pinceladas, si la erradicación de la violencia machista es una prioridad nacional para este Gobierno.

Esta misma semana las Cortes valencianas aprobaban una declaración contra la violencia machista y la Conselleria de Educación proponía al Consejo Valenciano de Universidades la exención de tasas a las víctimas de violencia de género y a sus hijas e hijos menores de 25 años. Según la nota de prensa «esta novedad supone un reconocimiento equiparable a las exenciones que tienen las víctimas de actos terroristas». Eso se produce al inicio de la legislatura, cuando ni los 100 días de «cortesía política» han transcurrido todavía ¿Ven la diferencia entre postureo y voluntad política? Yo, de momento, sí.