El alcalde ha aplazado hasta diciembre una solución para el Mercado Central. Lo curioso de este tema, que desde un principio ha tenido un tufillo a podrido, es que una denuncia del PSOE en Fiscalía cuando era oposición sobre una presunto ilegalidad en la ubicación del mercado provisional, le puede estallar al propio alcalde en toda la cara. Y es que Carlos González ahora es alcalde y sigue permitiendo esa presunta irregularidad como es que el actual mercado provisional se levante en terreno aparentemente verde. No es moco de pavo la contradicción.
Pero es más, aunque los técnicos de Patrimonio certifiquen la importancia de los restos arqueológicos del entorno de la actual edificio, no por ello el Ayuntamiento, es decir los ilicitanos, van a salir bien parados. La empresa, Aparcisa, ha invertido alrededor de dos millones de euros y no creo que esté dispuesta a perder ese dinero, todo lo contrario, pedirá, con toda la razón, daños y perjuicios en el juzgado a la Corporación. Es evidente que se puede estar de acuerdo o no con el proyecto del nuevo Mercado Central de Mercedes Alonso, pero lo verdaderamente cierto es que el anterior equipo de gobierno siguió los pasos que marca la ley. Es decir, el proyecto tiene todas las bendiciones legales mientras alguien no demuestre lo contrario. El alcalde y el tripartito -absolutamente en contra del derribo del actual edificio- tienen una patata caliente que les puede estallar en las manos. De hecho, la denuncia presentada en Fiscalía por los socialistas se puede volver contra ellos. Toda una contradicción pero es que todo lo que rodea al Mercado Central se ha convertido en un verdadero disparate. No hay más remedio que buscar un consenso entre todas las partes. Pero me temo que la empresa que ya ha invertido su dinero no querrá perder un solo euro por el mero hecho de que el Ayuntamiento haya cambiado de color político. Hay que poner las cartas sobre la mesa y buscar unas vías de entendimiento que a día de hoy se me antojan muy complicadas.
