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Profesionalidad en el arte

En España es algo difícil la comunicación de los aspectos más profesionales del trabajo artístico, en los medios de difusión generales, a veces también, entre los propios artistas. Se habla de los aspectos sociológicos, biográficos, de tendencias, pero es muy complicado entrar con todas las matizaciones necesarias en los aspectos más profesionales, aquellos que definen y diferencian una propuesta filosófica, plástica, desde el lenguaje del arte y la comunicación que se establece con sus referentes cercanos, con el pasado, con el presente?. Esto se debe fundamentalmente a la falta de costumbre, hay como un pudor a utilizar unos términos que, sabemos, no son usuales o que se pueden simplificar excesivamente, craso error, de ahí la prudencia, mejor conservar el misterio.

La dimensión de conocimiento del arte ha sido una cuestión poco tratada en España, no ha habido esa preocupación por analizar los vericuetos del arte, y nos hemos limitado a canalizar la primera impresión, es decir, se acepta una obra si se parece más o menos a las obras expuestas en las Bienales, Documentas y otros eventos internacionales de arte.

Sería absolutamente impensable hablar sin los argumentos creativos y de análisis, en los debates sobre música, ya sea clásica o contemporánea, sin que se conozca a fondo la obra de Bach, Beethoven, Mozart, Stravinski, Falla, o Ravel?. Sin embargo qué difícil es que algún artista plástico te hable a fondo, sin prejuicios, de la obra de Parmigiano, de Tizziano, de Joseph Beuys, Warhol o Velázquez, Damien Hirst, Louise Bourgeois, o que los relacione con el presente. En España todavía algunos creen que el arte surge de manera espontánea, con poco o ningún tipo de conocimiento. Algo que perjudica a la mayoría de los artistas que sí dedican todo su esfuerzo al estudio y la investigación, pues son considerados al mismo nivel que estos valedores de lo espontáneo. Así muchos se dedican a intentar ser intuitivos, es decir, a hacer lo que les venga en gana sin que ningún soporte teórico les avale, con un rechazo a la formación que dice bien poco de aquel que busca la expresión a través del arte. Pues es muy difícil que una obra pueda llegar a expresar si no se tiene la base para investigar y analizar tanto en el pasado como en el presente. El no saber distinguir lo que es susceptible de investigar y lo que no, lo que tiene verdadero interés de lo que no lo tiene, nos ha llevado a ser un país muy poco valorado en los circuitos internacionales del arte. Los artistas españoles que tienen una cara internacional están llevados por marchantes extranjeros, en España no tenemos producción propia, bueno, sí la tenemos pero no está defendida porque, quizá, no se está seguro de los criterios de análisis.

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