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Javier Mondéjar.

El indignado burgués

Javier Mondéjar

Privilegios, «lepenismos» y el león Cecil

Siempre había echado de menos que en España no existiera un partido de ultraderecha, medio xenófobo, radical y «populista», tipo a los de Le Pen o Falage. La verdad no es que lo lamentara, decía bastante de la cautela de los españoles ante los radicalismos y de cómo el PP había absorbido por la derecha todo lo que se movía, pero como Rajoy nunca me defrauda ha sido capaz de llevar su partido a ese espacio tan de alcantarillas y apelaciones a los más bajos sentimientos, por lo menos en Cataluña. Aunque las trazas son mortales y es probable que quiera exportarlo al resto del Imperio.

Que su candidato para Cataluña sea el inefable exalcalde de Badalona dice mucho de porqué una gran cantidad de catalanes huyen del PP como de la peste bubónica; yo mismo si tuviera que elegir entre la independencia de Esquerra y el muchacho pepero me lo tendría que pensar mucho muchísimo, y no sería extraño que pidiera simultáneamente el carné del Barça y el pasaporte catalán a los acordes de «Els Segadors». Digo yo si no tenía Rajoy alguna otra forma de enfrentarse al dinamismo de Ciudadanos que no fuera la de llamar a sus votantes de toda la vida a encastillarse en torno a un proyecto que será de todo menos integrador. Ah, ¿Qué ganó en Badalona las elecciones? ¿Y qué?, ya se ha demostrado que no gobierna quien más votos consigue sino quien tiene más capacidad para llegar a compromisos, y así Rajoy sólo conseguirá pactar con el propio Rajoy por los siglos de los siglos.

Los exabruptos que he oído a ese político tan retrógrado, me recuerdan al comunicado del dentista cazador del león Cecil, encantado de conocerse y que sólo lamenta que «el ejercicio de una actividad que me encanta y la práctica responsable y legal de ésta provocara la muerte de este león». Todo perfecto si no fuera porque ya fue condenado por matar osos en su país con el mismo procedimiento: sacarlos de las reservas y en cuanto estaban fuera practicar el noble arte de la caza contra una fiera indefensa, exactamente igual que pescar sardinas en un bidón.

Ahora, que en el pecado va a llevar la penitencia porque la campaña que a nivel mundial se ha iniciado contra su clínica dental es de aúpa y ponerse un empaste allí va a tener más riesgo que ser león por donde pasa éste o elefante por donde hollaba el rey emérito. Como decía alguno en el «feis»: «¿Por qué el doctor no se limita a comprarse un Hummer o simplemente enviar una newsletter a toda la ciudad diciendo: "Tíos, soy muy macho, por favor, daos cuenta", en lugar de gastar enormes cantidades de dinero para matar a criaturas majestuosas alrededor del mundo?».

Me fastidian los chulos, ya sé que es mi problema, pero es así. Todos estos que juegan a que tienen más testosterona que el resto de los mortales varones, me recuerdan a Montoro cuando en ese tono melifluo que gasta se aplica en ser azote de regiones despilfarradoras como la nuestra, olvidándose de quiénes han sido los despilfarradores y porqué la infrafinanciación nos ha llevado a tal extremo. Tengo unas ganas de perderle de vista que se me van a hacer larguísimos los meses que faltan hasta que se abran las urnas y le manden al rincón de los trastos olvidados y a los programas recopilatorios de estupideces de las televisiones.

Y ya no hablemos de cómo me ponen a cien los privilegios de los mandamases y, lo que es peor, de los exmandamases que ya no pintan nada más que haber sido cosa durante unos meses para desgracia de sus súbditos. Durante el ejercicio de los cargos ya molestan tantas canonjías, para eso me gustaría ser noruego donde ningún político tiene coche oficial, porque es una incoherencia que un servidor público se aproveche de fondos oficiales en su beneficio. Claro que aquí los que mandan no sirven al público, sino que, normalmente, se sirven de él, un pequeño paso semántico pero un gran salto adelante para tanto mamandurria.

Y los privilegios de los ex son infumables. Dígame usted porqué un expresidente tiene que tener para toda la vida chófer, coche, secretarias y asesores y encima que no sean funcionarios ya contratados en comisión de servicios, sino que uno pueda elegir para sí y pagándolo todos los ciudadanos -aunque supongo yo que a nadie se le ocurriría tal disparate- a su propia novia para el cargo.

Es un dislate, pero como alguien tiene que estar vigilante este año no pienso tomarme vacaciones columniles en agosto, no sea que hagan barbaridades y no haya quién se lo reproche. De nada, siempre a su servicio.

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