Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rosario Pagés

El Benidorm que no gusta

La imagen que este diario publicó en su portada el pasado domingo, en la que aparecía un británico atado en la terraza de un bar de la playa de Levante mostrando sin ningún pudor toda su anatomía mientras la parroquia lo pasa en grande, ha desatado cierta polémica entre políticos locales, hoteleros y vecinos por mostrar ese Benidorm que no nos gusta. Pero que no guste no significa que no pase. El edil socialista Conrado Hernández insistió ayer en que la foto no es más que un hecho aislado. Poco debe pasear por este local o por cualquiera de la calle Mallorca. Tampoco debe haber visto las imágenes con temática similar que inundan las redes sociales, como la de otro turista «precintado» con celofán a una palmera, consumición incluida. Benidorm, evidentemente, no es sólo turismo de borrachera, pero este tipo de cliente es, al final, el que más se ve. Si Ayuntamiento y hoteleros tienen tan claro que esas fotografías dañan la imagen de Benidorm, igual la solución no es taparlas sino poner medios para que no ocurran.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats