El mundo está lleno de incrédulos. Casi nadie tenía fe en que el tema de las lanzaderas, que debían rentabilizar los servicios del AVE al acercarlos a los espacios de gran ocupación turística, fuera a convertirse en una realidad. Poca gente confiaba en que el deseado y lógico enlace estaría funcionando este mismo verano. La esperanza de los más optimistas, lo más que alcanzaba era a suponer que tal posibilidad solo se podría dar después de que las elecciones venideras produjeran los consiguientes cambios en los estamentos responsables de tomar las decisiones pertinentes -lo que ya era un alarde de esperanza, pues los olmos nunca producen buenas cosechas de peras-. Como se ve, poca confianza se tenía en los actuales cargos competentes para conseguir la resolución de tan enconado dilema.

¡Incrédulos, que sois unos incrédulos! No ha habido necesidad de tanto cambio. Ya lo estáis viendo. Antes de lo esperado, sin necesidad de que termine el mes de agosto, las lanzaderas son ya un hecho, el difícil problema ha quedado resuelto de manera brillante y los potenciales viajeros que demandaban este servicio van a disponer de él. Se les ofrece un servicio tan eficaz y acertado que rehabilita definitivamente las capacidades intelectuales de los que debían aportar las soluciones. No más dudas. No más quejas. Es lógico que Miguel Ángel Martínez, hombre del turismo con historia, no lo entienda y se tome a broma la solución dada, así que le pido por favor que desista en solicitar el premio Nóbel de la estupidez para el que parió tan inteligente idea pues quedaría el segundo, por estúpido.

Otros podrán pensar que año y medio para esto es un exceso de inmovilidad. Hombre, no me sean desconfiados, todo este tiempo no habrán estado planificando solo esta oportunidad, habrán pensado en otras. Visto que la negativa de Alicante a que el enlace se efectuara desde allí resultaba insalvable, es lógico que se hayan explorado otras vías. Seguro que se habrá contemplado que el transbordo con el autobús de Benidorm y Torrevieja podría haberse hecho en Albacete, o en Cuenca y, por qué no, desde el mismo Madrid, sin necesidad de subirse en el AVE, siendo que ésta es de largo la opción más experimentada. Todo puede empeorar, ¿a que sí?

Pero, no, la decisión triunfante fue la de Villena, en donde, desde el principio, sus autoridades han manifestado su disposición a facilitar la operación. Muy bien visto por ellos que una estación tan infrautilizada y con tan malos accesos, solo con un gran revulsivo podría dar un salto adelante en la resolución de ambas carencias. «Chapó» por Villena, que ha demostrado, una vez más, su experiencia histórica en manejar las cuestiones ferroviarias. Condición de la que carece Benidorm, que no da una. Bueno, se las dan todas. Desde ahora, en cuestión de comunicaciones Villena asume un importante papel vertebrador en el territorio provincial.

Pues bien, ahí tenemos las deseadas lanzaderas. Nadie dirá que, a partir de su existencia, no puede hacer el viaje Madrid-Benidorm y Madrid-Torrevieja de un tirón. Claro, siempre que coja el único servicio diario que se ofrece ya que los otros trenes no van a contar con esa correspondencia. O sea que al viajero se le habrá de informar que de todos los convoyes solo en uno va a tener la gran ventaja de hacer el trayecto directo. Algo más que una inocentada le va a parecer al viajero madrileño cuando se le diga: «Si va usted a Benidorm o Torrevieja sepa que tiene una oportunidad diaria de que bajándose en Villena, tras hora y media de autobús, llegue directamente a su destino». Eso sí, solo hasta el 8 de octubre.

Pero los hay constantes en Benidorm. Toni Mayor, presidente de Hosbec y Gema Amor, primera teniente de Alcalde, siguen manifestando su confianza en que un día llegará en que los enlaces se produzcan a través de Alicante por ser el recorrido natural y lógico por proximidad. No lo veo yo tan evidente como no se produzca aquel cambio propiciado por las elecciones venideras. Desde luego, mientras dependa de la actual corporación con la archisabida y reconfirmada posición de la Alcaldesa que justifica no solo en su probada inteligencia sino, además, en el derecho que asiste al consistorio a renunciar a su liderazgo provincial impidiendo este tipo de servicios, no veo que las esperanzas de los mandatarios benidormenses sean de inmediato cumplimiento.