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Francisco José Benito

Nos vuelve a pillar la sequía sin hacer los deberes

Restricciones en el consumo de agua para riego? El avance de la sequía en buena parte de la provincia, donde no llueve desde hace meses y ha terminado por encender las señales de alarma en la propia Confederación del Júcar, puede llevar a que en los próximos meses, y a falta de ver cómo se comporte la primavera, se decreten recortes en los volúmenes de agua para el regadío los cultivos de secano morirán por inanición. Y, además, habrá que activar la desaladora de Mutxamel para completar la demanda de abastecimiento en ciudades como Alicante, San Juan... y el resto de poblaciones de l'Alacantí porque la planta no da para más, ya que elevar su agua al Vinalopó resultaría más cara que comprarla embotellada. Una situación que, una vez más, devuelve a la actualidad el grave error que se cometió en 2005 cuando el Gobierno cambió unilateralmente el proyecto del Júcar-Vinalopó haciéndolo inviable y enterrando 400 millones de euros de dinero público. La sequía vuelve, el trasvase está cerrado y han pasado ya 14 meses de la fecha en la que debían haber empezado la obras para reparar el embalse regulador de San Diego en Villena. «¿Restricciones? ¿Y qué, si a mí no me llega el agua ni cuando llueve?». Eso es lo que deben estar pensando ahora los agricultores del Vinalopó. No miran al cielo. Miran hacia Valencia y Madrid donde unos y otros les han abandonado. La inoperancia de la administración hidráulica, antes gestionada por el PSOE y ahora por el PP, ha provocado que por el trasvase Júcar-Vinalopó no pueda circular ahora ni el agua de poca calidad, pero agua al fin y al cabo si llega la declaración oficial de sequía. Alicante, a 27 de febrero de 2014, cuatrocientos años después de la primera reclamación de los alicantinos de agua de calidad del Júcar, río hermano del Vinalopó.

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