Desde que empezó la crisis y tras hundirse el entramado generado por el boom inmobiliario, comenzaron a surgir voces instando a que el futuro crecimiento no podía basarse más en un sector intensivo en mano de obra y baja productividad, como el de la construcción.

Así, análisis independientes advierten de que la vivienda aún afronta un largo período de caída, debido tanto a factores de exceso de oferta como demográficos (si la población que accede a primera vivienda, situada entre los 25 y los 35 años, es ahora de ocho millones, apena superará los cinco en 2022). Por otro lado, el impulso exportador de los últimos años es un factor positivo que da solidez a las tesis defensoras de un nuevo modelo productivo (menos dependiente del ladrillo). Pero, ¿es realmente así?

Para expertos como Sara de la Rica, economista de FEDEA, el crecimiento pasa por potenciar la creación de nuevas empresas, con alto contenido innovador. Pero es dudoso que cale esta idea, ante las dificultades que pone la administración para abrir un negocio o ante las elevadas cuotas (en comparación con otros países) que debe pagar un autónomo. Además, para muchos españoles que deciden emprender esto sigue siendo sinónimo de montar un bar o adquirir una licencia de taxi, lo que no acaban de ser negocios con alta productividad, precisamente.

Sin embargo, lo peor son los signos que revelan que nuestros dirigentes no apuestan, de verdad, por «un nuevo modelo productivo»: la obsesión por conseguir las olimpiadas en Madrid o las alfombras rojas a Adelson en Eurovegas o a BCN World (en este caso, por parte de los «innovadores» aspirantes a la independencia catalana), más bien muestran nostalgia por el regreso de la economía burbujista. Algo que, mientras estemos bajo control de Merkel y Draghi, no sucederá.

Cómo lo ven. New Statesman apuntaba la contradicción en la que están atrapados los políticos euroescépticos en el Reino Unido. Por un lado, defienden la celebración de un referéndum sobre la permanencia del país en la Unión Europea; por otro lado, si obtuvieran buenos resultados en las elecciones europeas de 2014, podrían impulsar el sentimiento independentista en Escocia, donde la visión sobre la UE es más positiva.

Die Welt señalaba que los presidentes de algunos länder (regiones) del este de Alemania querían poner fin, en 2019, al «pacto de solidaridad» puesto en marcha en 1995, por el que dichas zonas se beneficiaban de un fondo de ayuda especial. En su lugar, proponen crear un «fondo para Alemania», que conceda ayudas a todas las regiones del país según sus necesidades (para proyectos de infraestructuras ligados a la transición energética o para garantizar una mayor presencia médica en zonas rurales, por ejemplo).

Cómo nos ven. France Presse destacaba el creciente éxodo de españoles a Marruecos€ en busca de oportunidades económicas. No se trataría solo de pequeñas empresas de la construcción (que buscan un mejor futuro en el reino alauita, ante la parálisis inmobiliaria en España), sino que se citan varios casos de ciudadanos que trabajan en centros de atención telefónica, por sueldos que oscilarían entre los 400 y 500 euros.

Reuters resaltaba que, pese a las acusaciones del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, de haber recibido pagos «en negro», Mariano Rajoy se negaba a aceptar las peticiones de dimisión esgrimidas desde la oposición. Todo ello pese a que algunos diputados del PP (bajo condición de anonimato) admitían que la situación no tenía arreglo posible, mientras lanzaban el nombre de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como posible recambio del presidente del Gobierno.

Qué se cuece. Media-tics se fijaba en los movimientos que se producen en la prensa anglosajona. Si Rupert Murdoch fue el primero en separar su grupo mediático en dos divisiones (una, para prensa y otra, para el negocio audiovisual), Tribune ha anunciado una separación semejante, tras comprar 19 canales de TV. Parece el preludio de dos tipos de grupos: los grandes conglomerados frente a los medios digitales minúsculos, con difícil rol para los editores independientes.

Según Teknautas, la red social Facebook, a pesar de sus 1.000 millones de usuarios, empieza a mostrar síntomas de agotamiento. En Reino Unido, su uso ha caído este año un 9%; por otra parte, una encuesta de Pew Research mostraba que los jóvenes huyen cada vez más de esta red, para escapar del control paterno€ No obstante, la razón de fondo estaría en sus excesivas acciones de marketing yen la desconfianza ante su política de privacidad (causa del 20% de sus abandonos).