A instancias del Lobby Europeo de Mujeres, el Parlamento europeo aprobó una resolución con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre la aplicación del principio de la igualdad de retribución entre hombres y mujeres en la que, entre otras medidas, solicitaba a las instituciones comunitarias y a los Estados miembros que organizasen un Día Europeo por la Igualdad Salarial, tomando para ello el día en que, por término medio, las mujeres hubiesen obtenido la retribución que los hombres ganan de media en un año. La finalidad era doble: de un lado, concienciar a la ciudadanía sobre la diferencia de retribución existente y, de otro, impulsar a todos los agentes implicados a tomar iniciativas adicionales para eliminar esa diferencia de retribución. En aquel 18 de noviembre de 2008, fecha concreta de la citada resolución, según los (insuficientes) datos estadísticos manejados, el salario de las mujeres en la Unión Europea era, por término medio, inferior en un 15% al de los hombres y hasta en un 25% en el sector privado (por países, ni les cuento). De acuerdo con ello, y acogiéndose a la cifra más benevolente de la brecha salarial del 15%, una mujer debería trabajar 418 días para percibir el mismo salario que un hombre cobra durante 365 días, es decir, un año. Por tanto, una mujer debería trabajar no hasta el 31 de diciembre, sino 53 días más o, lo que es lo mismo, hasta el 22 de febrero. Esa es la fecha que en la agenda feminista figura como Día por la Igualdad Salarial de Mujeres y Hombres.

Cuando, por fin, la Comisión Europea puso en marcha oficialmente el primer Día Europeo por la Igualdad Salarial (en el marco de la estrategia para la igualdad de género en la UE para el periodo 2010-2015) corría el año 2011. Y había aumentado la brecha salarial hasta situarse en una media del 17.5%. Tanto, que esos 53 días de más se convirtieron en 64, de tal forma, que el 5 de marzo de 2011 indicó el número adicional de días en el año 2011 que las mujeres debían trabajar para conseguir obtener el mismo salario ganado por los hombres en 2010. En 2012 la brecha se había reducido al 16.4%, de tal forma que el segundo Día Europeo por la Igualdad Salarial se situó en el 2 de marzo de 2012 (no olvidemos que fue bisiesto). Ignoro qué día de qué mes de este 2013 se situará oficialmente el tercer Día Europeo por la igualdad salarial, pero si encima de tener que trabajar fuera de casa un porrón de días más para ganar lo mismo, las mujeres seguimos ocupándonos mayoritariamente de eso llamado trabajo doméstico, nos va a faltar calendario.