Tras las pasadas elecciones generales, y una vez el PSOE abandona el Palacio de la Moncloa, el partido cobra más peso, más importancia y se presenta como más necesario que nunca, por tal motivo, y próximo a celebrarse en Alicante el congreso de los socialistas valencianos, la pugna entre los candidatos a dirigir el PSPV, no puede ni debe limitarse bajo ninguna circunstancia en un debate de eslóganes que busque cautivar a sus militantes. Más bien, deberían empezar por aclarar cómo piensan recomponer el instrumento de transformación que pretenden liderar, es decir, su propio partido, para después seguir con las respuestas que deben darse a la crisis actual, no sólo a la económica y financiera, sino también a la social. Pues no olvidemos que nos encontramos ante una sociedad desilusionada, frustrada, desengañada y con un sentimiento de indefensión ante una crisis que no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado de manera intensa.

El PSPV debe volver a ser útil para los ciudadanos, y éste ha de ser uno de los objetivos del congreso de Alicante, algo que no se conseguirá si las "familias" continúan fagocitándose entre ellas, pactando mayorías estériles, inventando liderazgos postizos, y forzando la máquina para conseguir su propio bienestar. Dinámica ésta que como ciudadano, he de decir que no me ha sido de ninguna utilidad, sospecho que al igual que a muchos otros que como yo deben convivir todos los días con el desempleo, las subidas de impuestos y recibos, los recortes, la corrupción, las reformas laborales y dejo de enumerar porque la lista no tendría fin. Si de verdad el PSPV quiere volver a ser creíble y fiable, será necesario cerrar esta etapa y marcar distancias poniendo en medio un nuevo proyecto y un nuevo equipo dirigente, capaz de aproximarse tanto a sus militantes como a ciudadanos. No se trata de radicalizar la situación, pues aunque el cambio sea necesario y así lo han expresado los ciudadanos en las distintas consultas electorales, esto no es motivo para que el momento actual se convierta en un banderín de reenganche para aquellos que estuvieron y quieren volver a estar, pues esa tampoco sería una base sobre la que plantearse el futuro, ni mucho menos es lo que piden los ciudadanos. La futura dirección del PSPV debe ser algo distinto tanto en su conformación como en sus ideas, conectado con el interior del partido y con el exterior, de tal manera que los ciudadanos la puedan reconocer como un equipo en el que poder confiar, conformado por ciudadanos que desde sus quehaceres se comprometan con un proyecto y no por profesionales de la política, pues en política sobran políticos y faltan ciudadanos, y quizás sea éste el momento en el que los ciudadanos debamos volver a apoderarnos de la política.

Tanto las listas abiertas como la implantación de los procesos de primarias, son fórmulas para canalizar la participación de simpatizantes y electores, que debidamente reglamentadas, pueden ser la base sobre la que reconciliar a militantes y ciudadanos con el proyecto socialdemócrata, o al menos es lo que un servidor piensa y defiende. El camino abierto por el Partido Socialista Francés indica que las innovaciones democráticas son posibles y saludables. Ante esto, un congreso para cambiar a un líder por otro, es una pérdida de tiempo si no hay una regeneración, renovación o como quieran llamarlo, con un programa socialdemócrata bien agarrado a la espalda del candidato que finalmente resulte vencedor. Este puede ser el camino para volver a ser creíbles y fiables, y sobre todo, para volver a despertar el interés y la confianza de los ciudadanos, únicos destinatarios de cuantos esfuerzos se realicen en el Congreso de Alicante.