El "tripartito" seguirá estando legitimado para gobernar Orihuela hasta que el nuevo alcalde (en la sombra), Bob Houliston, quiera. Mientras que este inglés, de 75 años y representante del Partido de la Costa (Claro) no diga lo contrario, Monserrate Guillén, podrá seguir ocupando la Alcaldía que amablemente le permite utilizar... incluso lo que resta de legislatura. De los 25 concejales de la Corporación sólo el inglés vive en el presente, entendiendo por éste el periodo que va desde el 11 de junio hasta ahora. El resto, o continúa anclado en el pasado o al pasado no lo quiere ni ver, pero tampoco sabe cuál es su presente o su futuro. Pero este inglés se está decidiendo a votar "sí" o "no" en función de lo que ha visto en estos once meses y eso tiene una cosa muy buena y es que no se está dejando influenciar ni por cómo llegó a la política ni en qué circunstancias, sino por cómo la política y los políticos lo están tratando. El resultado ya lo han visto: un "no" a los presupuestos y nadie aún se cuestiona realmente los motivos. Pues el motivo son ellos, su forma de gobernar y lo que lo maltrataron.

¿Por qué esto es así? porque, por ejemplo, los que mandan aún no se han aburrido de seguir rebuscando e investigando entre las viejas cuentas de la gestión del PP, en un tarea tan obsesiva que les ha llevado a contratar asesores que paga el pueblo para esta labor que poco tiene de transparente-. Eso les parece más importante que gobernar la ciudad. Mientras los otros, los que son oposición, siguen esperando el milagro (a poder ser antes del sábado), que no es otro que Houliston diga públicamente que se alinea con el PP de Mónica Lorente, quien tendría sólo entonces la mayoría para gobernar. Mientras no se produzca este gesto, difícilmente desde la oposición nadie podrá hablar de legitimidad para reclamar la Alcaldía.

Otra cosa, me llamó ayer la atención que precisamente uno de los que echaron a Houliston del grupo municipal de CLR-Claro, Juan Ignacio López-Bas, a la sazón presidente de los liberales, ocho meses después de cometer ese error con el argumento de que negociaba con el PP, admitiera en el pleno que, a día de hoy, son 12 contra 12 y uno que hace de árbitro. Al menos podrían haberle pedirle perdón ya por haberlo echado.

Houliston no almacena más recuerdos que los de esta legislatura. Si su partido se creó, precisamente, por los desmanes y la falta de inversión del PP en la costa, nadie se da cuenta que ésta es una cuestión ya sin importancia. Él a lo que ha venido es a por presupuesto para el litoral y le da lo mismo quién se lo dé, lo importante es tener financiación abundante, aunque sea pasando por encima de las pedanías o del casco urbano y aunque su discurso sea el de la austeridad. ¿Es eso algún problema?, ¿tiene reparos en admitirlo? Nada de nada, sabe lo que quiere y eso ya es algo en esta legislatura y con estos protagonistas. Quien se pliegue a sus pies, tendrá su voto así que todos deberían andarse con cuidado cada vez que le recuerden eso de que: "Todos somos oriolanos", a lo que yo añadiría: "...aunque sólo cuando a mí me interesa", como, por ejemplo, para sacarle el dinero al litoral y dárselo, como se hizo a final de 2011 a las pedanías y a la ciudad, y ¡qué casualidad! en fechas próximas a las elecciones generales. Para eso sí tiene memoria Houliston.

No me resisto a hablar de asesores, ya que tanto escarnio hace el equipo de gobierno de Antonio Cerdán, quien se marchó con Houliston y al que tildan de estar detrás de las negociaciones con el PP. Para el "tripartito" ese sí que es un asesor que influye en el político, porque a la mayoría de los suyos los usan de pintamonas para que les controlen el cotarro, les vigilen al de al lado o le den la razón porque no se dejan asesorar por nadie. Quieren gente dócil, no asesores, porque ellos saben mucho más que nadie y así les va.