Como sabemos, desde hace dos meses se están sucediendo una serie de movilizaciones en defensa de los servicios públicos y muy especialmente en Sanidad y Educación. Ambos servicios constituyen la red que salvaguarda el precario Estado del Bienestar construido en los últimos treinta años.

Decenas de millares de personas hemos ocupado las calles para dejar patente nuestro descontento, cuando no nuestra rabia. Después de contemplar el despilfarro y el saqueo al que se nos ha sometido, vemos con estupefacción cómo continúa, robándonos ahora la salud y el futuro.

Mientras esto ocurre el partido político que sostiene al Gobierno en nuestra Comunidad se dedica a repartir argumentarios para desacreditar a quienes reclamamos un mínimo de dignidad, decencia y justicia.

Como el que conozco es el de Educación a él me remitiré, pero seguro que habrá otros igual de insidiosos referidos al personal sanitario que está siendo sometido a presiones que sobrepasan lo que profesional y humanamente es aceptable.

Me limitaré a aquellos aspectos más llamativos. Comienza diciendo que siempre defenderán una Educación Universal, Gratuita y de Calidad, como era de esperar el carácter público desaparece, también cualquier referencia a la lengua propia y por supuesto a la laicidad. A estas alturas cualquiera sabe que sólo lo público es universal y gratuito y que su abandono supone una pérdida de calidad que daña de forma irreparable los principios de igualdad de oportunidades y equidad.

Dicen que son los que más gastan de España en Educación, pero no dicen que el gasto medio por alumno es inferior a la media nacional, pero sobre todo no dicen, supongo que por olvido, el gasto inútil en alquiler de aulas prefabricadas y el pozo sin fondo de empresas como CIEGSA, que como todo lo que rodea al gobierno en esta Comunidad desprende un olor que va más allá de las deficiencias en la gestión. ¿Cuánto dinero va realmente al proceso educativo? Dicen que fiscalizarán el gasto de cada centro al euro, dejando traslucir una mala gestión. Los gastos de teléfono se han disparado desde que los gestionan directamente, ¿qué pasará con los de agua y la luz?, ¿qué margen de autonomía quedará a los centros?

Dicen que no han despedido ni despedirán, saben que no es cierto, tres horas lectivas más por profesor o profesora, suponen un profesor o profesora menos por cada siete, un 14,5% menos de plantilla, "racionalizar las líneas en valenciano" supondrá además de una vulneración de derechos básicos, la reducción de puestos de trabajo. Por cada diez jubilaciones sólo se sustituirá una, ¿no contratar no es igual que despedir? Este año ya somos menos con más alumnado, el año que viene seremos muchos menos.

Dicen que la tasa de bajas del profesorado es el 27% frente al 4% del sector laboral. De ser cierto supondría que en un centro con 60 profesores/as faltarían 16 cada día. ¿Alguien lo cree? Puede ocurrir que el 27% falte alguna vez, pero cada día en un centro la tasa de faltas de asistencia del profesorado no pasa de ese 4% habitual en el mundo laboral. Las direcciones de los centros envían puntualmente los partes de baja del profesorado, siempre certificados por un facultativo, los consejos escolares tienen acceso a él. ¿Por qué criminalizan ahora y no antes? Nada, sin embargo, acerca de las sustituciones sin cubrir durante semanas.

Por último la cuestión salarial, dicen que no se ha tocado el sueldo, sólo los complementos, ¿no saben que el sueldo es sólo la mitad de nuestro salario, que la otra mitad son complementos? ¿No saben que el anterior Gobierno en 2010 ya nos bajó más del 6%? ¿No saben que durante todo su gobierno las subidas salariales fueron por debajo del IPC? ¿No saben que en 2011 y 2012 nuestros salarios han sido "congelados"? En definitiva se supone que hemos de trabajar un 20% más con un 20% menos, y todo ello sin tener en cuenta la deflación de nuestro salario a cuenta de la inflación. Y además todo ello no debe influir en el rendimiento laboral, puesto que el servicio no se recorta, dicen.

Si se trata de argumentar estamos dispuestos, pero no vamos a aceptar que quienes han dilapidado nuestro esfuerzo durante años, construyendo aeropuertos sin aviones y ciudades megalómanas, hipotecado nuestro futuro con eventos insostenibles y entregado nuestro patrimonio a amistades más que peligrosas, nos pasen ahora la factura y además insulten nuestra dignidad.

A pesar de ello seguimos trabajando por lo que siempre lo hicimos. Y me permito citar a Elba Esther Gordillo, una maestra mexicana, cuyas palabras escuché en 1997, pero que tienen vigencia intemporal: "Con ese espíritu estamos aquí hablando de la educación, es decir del hombre y del sentido de la vida... De educar para apreciar la belleza, para vivir y convivir con los otros, pero sobre todo, de educar para la libertad, de educar para la democracia y la justicia, de educar para la dignidad humana".

La Educación es una herramienta liberadora que nos descubre realidades que se esconden en la oscuridad y que nos permite avanzar con confianza frente al miedo y la represión. La semana pasada cuando vimos la sinrazón de las porras supimos que algo habíamos hecho bien y que las alamedas volverán a abrirse.