Las encuestas suelen subrayar el desprestigio de la Justicia, la ciudadanía expresa que lo que más le preocupa de ella es su lentitud ,pero el problema no es sólo la lentitud, hay situaciones mucho peores. Juan José Martín Ferradal, el juez único del Registro Civil de Murcia, ha sido sancionado con una multa de 3.000 euros por una falta grave ,aplicándosele la Ley Orgánica del Poder Judicial. Se considera que 3.000 euros es la sanción que le corresponde por haber cometido dicha "falta grave".

Resulta que este juez "faltón" provocó entre el personal a su cargo situaciones de humillación, angustia, temor, nerviosismo y estados de crispación permanente. El ambiente era tan "espeso" en su juzgado que provocó estados de ansiedad, insoportables para algunas funcionarias que cayeron enfermas y sufrieron bajas laborales. CC.OO. ha denunciado que "tras años y años de tropelías por parte del juez con el resto del personal del Registro Civil de Murcia, así como con los ciudadanos que acuden a realizar gestiones", la sanción resulta claramente insuficiente, leve, ante los hechos comprobados que motivan la sentencia.

Algunos de dichos hechos: Juan José Martín Ferradal decía a las empleadas, literalmente, tal cual figura en autos, que se pasaban todo el día "tocándose el papo". Cuando debía casar parejas del mismo sexo, hablaba sin cortarse lo más mínimo de "maricones y mariconas" y ponía todos los impedimentos para retrasar las bodas o intentar impedirlas. Para él, y no vacilaba al manifestarlo sin el más mínimo pudor, las madres solteras eran "putas". A los extranjeros que demandaban la nacionalidad española cumpliendo todos los requisitos legales, los calificaba de "gentuza". Por supuesto la xenofobia y el racismo también adornaban sus salidas de tono pretendidamente graciosas.

Las aventuras de Juan José Martín Ferradal, sus abusos de poder evidentes y corroborados en hechos darían para un guión de Santiago Segura. Es como si Torrente tuviera un clon juez adornado con sus mismos modos e idéntica ideología .

Este juez viola un sin fin de derechos humanos y la Justicia decide que el tema se resuelve con 3.000 euros. Muy barato. Juan José Martín Ferradal puede pagar la multa sin problemas. Así podrá seguir rebajando, como ya lo hiciera, la sentencia a un marido verbalmente violento que llame a su mujer "zorra", fallando que tal calificativo no tiene nada de despectivo pues zorra es sinónimo de "astuta" y que la víctima no tendría por qué ofenderse tanto. ¡De terror!

Cualquier persona que fuera llamada para participar en un juicio con Jurado, que manifestara en la entrevista previa (que evalúa si está en condiciones de juzgar a un semejante), la mitad de los prejuicios que adornan a Jose Martín Ferradal (Torrente, para los amigos), sería inmediatamente rechazada, recusada con causa. Por supuesto que si un particular, pongamos un empresario, por ejemplo, sometiera a las mismas humillaciones y vejaciones a su personal, que las infligidas por su señoría al suyo, dudo mucho que la hubiera sacado tan barata. ¿Será que le hacen precio de amigo?

Recientemente el Rey Juan Carlos I aseguró, en su mensaje navideño, que todos somos iguales ante la Ley. El artículo 14 de la Constitución Española dice lo mismo que el Rey. Pero en Murcia, al menos, no es así. Un juez ignora la Constitución y las leyes emanadas del Parlamento que protegen a las mujeres, las que establecen (le guste o no a este leguleyo "Torrente") el matrimonio entre personas del mismo sexo, y se pasa por el forro de la toga todos los derechos laborales. Su Señoría estará en encantado con el fallo de sus colegas. ¿Será de justicia o ajustado a derecho?