La Corporación municipal del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, aprobó en la sesión del día 28 de octubre, la concesión a título póstumo de "Hijos Predilectos" a los escultores Vicente y Daniel Bañuls y a los médicos Rafael Gandulla, Ángel Pascual Devesa y Pascual Pérez Martínez. Un título que ya ostentan otros alicantinos ilustres como José Mª Py, Eusebio Sempere, Miguel Hernández, Emilio Varela, Pedro Herrero y Gastón Castelló entre otros.

El médico Pascual Pérez Martínez nació en Alicante el 24-11-1857 y era el cuarto de ocho hermanos, siendo el único varón que sobrevivió de entre ellos. Sus padres compraron una casa en la C/ Diluvio (posteriormente Pintor Agrasot, hoy C/ Médico Pascual Pérez) donde establecieron una tienda de coloniales o ultramarinos.

Demostrando buenas cualidades para el estudio, la familia se volcó en su educación. La enseñanza obligatoria y por tanto gratuita cubría solo hasta los nueve años. Su condición humilde fue para él un motivo de orgullo, que nunca quiso ocultar.

A los 12 años manifestó su afición por la medicina, solicitando al Director del Hospital Provincial de S. Juan de Dios, D. Vicente Navarro, permiso para asistir como alumno meritorio, ganándose por su trabajo y dedicación el título de Practicante Interino el 21-9-1874. Acabados sus estudios de bachillerato en Alicante, en la casa de la Asegurada, entonces Instituto de Segunda Enseñanza (hoy Museo de Arte Contemporáneo de Alicante) marcha a Madrid obteniendo la licenciatura en Medicina y Cirugía en 1879, contaba entonces con 22 años.

El 2-11-1883 se inauguró la Casa de Socorro de Alicante en los bajos del Ayuntamiento, donde empezó a ejercitar su profesión Pascual Pérez de manera gratuita. En sólo un breve periodo de tiempo fue nombrado médico titular interino, ganó la oposición de médico numerario del hospital de S. Juan de Dios dependiente de la Diputación y aprobó con el número uno la oposición al cuerpo de Beneficencia Municipal, celebrada en Valencia. Creado este organismo el 1 de enero de 1886, fue nombrado Decano, aunque era el más joven de todos los médicos que lo componían, ejerciendo este cargo hasta su jubilación, otorgándosele el título de Decano Honorario Vitalicio.

Durante el s. XIX Pascual Pérez tuvo una destacada intervención en las diversas epidemias que asolaron la ciudad, siendo requerido además en otras poblaciones como Novelda o Murcia.

A finales de 1880 contrajo matrimonio con Dª Mercedes Dagnino Garrigós. La familia comenzó viviendo en la C/ Teatro donde nacieron sus hijos: Alfredo, Delfina y Mercedes. Su familia política se destacó por los negocios y actividades profesionales realizadas en la ciudad. Por ejemplo su suegro D. Juan Dagnino Leonor, procedente de Génova, fue propietario de "La Fonda del Vapor" (hoy sede de la Cámara de Comercio y anteriormente Hotel Palas.) Y un hermano de su suegra (Carolina Garrigós López), D. Antonio Garrigós López fue el constructor de los actuales aljibes que se conservan en las faldas del Benacantil llamados hoy "los pozos de Garrigós", que suministraban el agua a la población, un grave problema que sólo se solucionó con la traída de aguas de Sax en 1898.

Pascual Pérez adquirió en 1892 una casa en la calle S. Isidro, esquina a la calle S. Andrés, que convirtió en su domicilio hasta la fecha de su muerte, construida por el arquitecto municipal José Antonio Guardiola Picó. La casa sería heredada por su hijo Alfredo Pérez Dagnino, médico de la armada, que ejerció la profesión hasta que su enfermedad de Parkinson se lo impidió. En 1962 fue vendida por sus familiares al Colegio de Médicos, adquiriéndola posteriormente el Colegio de Economistas en 1990.

A finales del s. XIX mi bisabuelo Pascual Pérez intervino de forma decisiva, tras el accidente ocurrido el 4-10-1912 como consecuencia del descarrilamiento del tren correo procedente de Andalucía sobresaliendo el cuerpo de su locomotora por la puerta de entrada principal de la estación, causando 5 muertos y 27 heridos. La actuación de Pascual Pérez en el accidente, donde puso en riesgo su vida, sirvió al Ayuntamiento de Alicante para solicitar le fuera entregada la Cruz de Beneficencia.

De gran transcendencia fue la creación en 1925 de la Institución denominada "La Gota de Leche" creada para ayudar a las madres sin recursos que no podían alimentar a sus hijos y tampoco pagar a un ama de cría. En ella se atendían también las revisiones pediátricas de éstos, influyendo, con todas estas acciones, a la reducción efectiva de la mortalidad infantil. Pascual Pérez Martínez fue el director de la misma.

Igualmente importante fue la nueva construcción de la Casa de Socorro en 1927 (C/Zorrilla, posteriormente C/ Constitución y hoy C/ Médico Pascual Pérez), una necesidad sentida desde hacía muchos años.

Como hemos podido ver hasta ahora, para mi bisabuelo la atención a sus pacientes fue la razón de su vida. Por su consulta pasaron todas las clases sociales, dejando constancia de su agradecimiento.

Fue miembro desde 1984 del Instituto Médico Valenciano y uno de los médicos pioneros de la creación del Colegio profesional en Alicante, formando parte de su directiva en 1984 cuando aglutinaba conjuntamente a farmacéuticos y médicos (1894-1898). Y tras la separación de ambas profesiones, Pascual Pérez formó parte de los siete colegiados de la reunión fundacional del Colegio de Médicos de Alicante, entidad en el que desempeñaría los cargos de Secretario, Vice-Presidente y Presidente. También formó parte de la Asamblea Provincial de la Cruz Roja, siendo su Vicepresidente en 1911.

Fue también miembro de las Juntas Provincial y Municipal de Sanidad, de la Sociedad Dermatológica Española, representante del partido judicial de Alicante del Patronato de los Médicos Titulares y Delegado de la Provincia de Alicante, de la Junta de Protección de Infancia, de la Junta Antituberculosa, Inspector municipal de sanidad y miembro del tribunal de diversas oposiciones.

A la Cruz de Beneficencia de 1912, le precedieron otras condecoraciones y homenajes. El 20 de enero de 1913 la Cruz Roja le otorgó la Medalla de Oro y posteriormente le premió con la Medalla de la Constancia en octubre de 1928. Pero todos estos gestos de reconocimiento y agradecimiento a la labor realizada se multiplicaron cuando cumplió sus bodas de oro y su jubilación en 1929, acordando entonces se le concediera la Medalla del Trabajo y la organización de un acto de homenaje que reconociera y testimoniara el excelente servicio prestado durante 50 años de ejercicio profesional. Dicho acto, que consistía en la colocación de una lápida en su casa natalicia y en el cambio de la rotulación de la calle donde ésta se encontraba, que pasaría a denominarse calle del médico Pascual Pérez Martínez.

Finalmente hay que decir que en el pleno del 25 de enero de 1930 se presentó una instancia suscrita por 33 concejales donde se solicitaba se le entregará la Medalla de Oro de la ciudad, pero teniendo en cuenta que según el reglamento era necesario para su aprobación la votación favorable de los 4/5 partes del número de concejales que formaban el Ayuntamiento, o sea 29 y hallándose presentes sólo 24, se acuerda posponer el tema, pero los precipitados avatares políticos que iban sucediendo en aquellas fechas hicieron que esta propuesta se quedara en el olvido entre los muchos asuntos municipales.

Cuando estalló la guerra contaba ya con 78 años de edad. No se vio envuelto personalmente en el conflicto bélico, pero vivió el miedo, el saqueo, la venganza, la separación y el sufrimiento de los miembros de su propia familia, especialmente la de su hija Dª Delfina Pérez Dagnino, casada con D. Fernando Chápuli Auso, teniente coronel de la Guardia Civil en Albacete, donde falleció el 19 de julio de 1936.

El estado de buena salud del que siempre había gozado aún le permitió vivir unos años más, muriendo a la edad de 90 años el 29 de noviembre de 1947.