"Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel intelectual a la capacidad receptiva del menos inteligente de los individuos a quienes se desea vaya dirigida. De esta suerte, es menester que la elevación mental sea tanto menor cuanto más grande la muchedumbre que deba conquistar... La capacidad receptiva de las multitudes es sumamente limitada y su comprensión escasa; por otra parte, tienen ellas una gran facilidad para el olvido. Así las cosas, fuerza será que toda propaganda, para que sea eficaz, se limite a muy pocos puntos, presentándolos en forma de gritos de combate hasta que el último hombre haya interpretado el significado de cada uno. Si se sacrificara este principio al deseo de presentar la propaganda bajo múltiples aspectos, ésta perdería fuerza..." (Mein Kampf / Mi Lucha, Adolfo Hitler). Dictó este libro hace unos noventa años, cuando estaba en la cárcel, unos meses, acusado de organizar un golpe de Estado; lo dictó a dos colaboradores-secretarios. Extraordinario en la manipulación de las muchedumbres como las llamaba, llevó a la práctica lo que se publicara en Mi lucha, texto que en su momento tuvo una importante difusión. Esta política que desembocó en conquistar todo el poder posible, significó la muerte de más de cincuenta millones de personas y la destrucción de países enteros, entre ellos la propia Alemania, dividida después de la guerra durante décadas por un muro infranqueable. En Mi lucha aprovecha el antisemitismo y no tendría que haber sorprendido la aniquilación de millones de seres humanos en los campos de la muerte. Estaba todo escrito en los años veinte. Pero se miró para otro lado, inclusive el Vaticano y algunos dirigentes sionistas.

Leyendo detenidamente Mi lucha se puede apreciar que actualmente la propaganda comercial, los titulares en muchos medios de comunicación (Murdoch), las campañas electorales de partidos políticos y de iglesias o religiones, se puede presumir que piensan que "la capacidad receptiva de las multitudes es sumamente limitada y su comprensión escasa". Un ejemplo. Durante unas semanas dirigentes del Partido Popular aseguraron que el Gobierno de Zapatero estaba negociando con ETA, traicionando el Pacto Antiterrorista (propuesto por Zapatero cuando gobernaba Aznar). Esta grave acusación se repitió constantemente sin aportar ninguna prueba; era sólo en todo caso una intuición... Cuando se concretó que Rubalcaba era el candidato del PSOE a las elecciones generales y como él tiene mucho que ver con la derrota de ETA, esta campaña cesó. Ya no convenía hablar del asunto, pero se sabe que algo queda. La mayoría de la población sólo suele leer titulares y por televisión, en los telediarios, le llegan sólo algunas frases con imágenes de personas conocidas que "miran a los ojos", imperturbables, sin lugar a ninguna duda. Se trata de un guión que dictó Hitler y tuvo tanto éxito que finalmente humilló y arruinó a su país.

La lucha por una educación pública universal, gratuita, laica, es hoy, en medio de una crisis, más necesaria que nunca. Está naciendo un nuevo mundo, parto difícil; una de las parteras es muy peligrosa. Educar a las nuevas generaciones para que no sean víctimas de demagogos (Berlusconi), para que cuenten con los instrumentos adecuados para poder analizar la realidad con libertad, es una tarea que no se debería postergar. Y en estas circunstancias no son casuales los "recortes" en educación, en la pública, no en la concertada. ¿Por qué?, ¿cuál es el objetivo? Unos mandarán y otros serán mandados. Como hace siglos cuando sólo unos pocos sabían latín (después llegó la imprenta y les arruinó el negocio).

A todo esto, en comunidades como la de Madrid, ValenciaÉ se niega todos los días que haya recortes, ¡es tan evidente! Algo queda: los docentes trabajan sólo 20 horas y después una rectificación...

Alguien se ha vuelto a leer Mi lucha. Noventa años después de Mi lucha aquello de las armas de destrucción masiva, de las furgonetas portadoras de "todos los males", justificó la invasión de Irak, fue una operación que hubiera merecido la admiración de Hitler.