Hoy es la fecha establecida por la OMS para celebrar el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta en España a más de 3,5 millones de personas, entre quienes la sufren directamente y sus familiares cuidadores.

Como tantas otras enfermedades, el alzheimer tiene su propio día mundial para acercar a la sociedad esta enfermedad, de cuya existencia se tiene constancia desde hace más de cien años, pero para la que todavía no se ha encontrado solución. Este año y en concreto en las últimas semanas en las que sólo se oye hablar de recortes, sobre todo en el ámbito de la educación y la sanidad, desde CEAFA, Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias, en representación de las 300 asociaciones miembro y más de 200.000 familias afectadas, nos vemos en la obligación de hacer un llamamiento para recordar que la crisis económica no puede ser motivo para reducir el presupuesto destinado a una enfermedad que figura ya entre las 10 principales causas de muerte en nuestro país y que se prevé llegue a afectar en 2030 a 7 millones de personas.

Además, con el lema escogido para este año, "Cada diagnóstico, una persona", y siguiendo el ejemplo de otros Estados miembros de la Unión Europea, reclamamos la necesidad de establecer una política de Estado de alzheimer, que considere esta enfermedad como una prioridad socio-sanitaria de primera magnitud en la esfera política nacional ya que, hoy en día, el coste asociado a las necesidades generadas por el alzheimer supone 24.000 millones de euros en España y se calcula que en dos décadas supere los 48.000.

Consideramos que esta política debe estar centrada en la persona afectada por alzheimer y debe ser una política valiente para luchar contra la enfermedad, que no esté limitada por plazos, ni por condicionantes presupuestarios que mediatizarían su viabilidad, aplicación y efectividad. Por todo ello esperamos sinceramente que no entren en juego otro tipo de intereses partidistas o economicistas y que en breve celebremos el nacimiento de una política de Estado de alzheimer que garantice la calidad de vida de los afectados por esta enfermedad ladrona de recuerdos y vidas.

No debemos acostumbrarnos a las grandes cifras que rodean al alzheimer, una enfermedad que si fuera un país, a día de hoy, sería la décimo octava potencia mundial en volumen de población. Y no podemos olvidar que detrás de estos números hay personas con nombre y apellido que sufren y que tienen que abandonar su vida para dedicarse al cuidado del ser querido, porque recordemos que "Cada diagnóstico, (es) una persona".