En burda imitación nominal de Cinco horas con Mario -excelso soliloquio de Miguel Delibes que interpretara brillantemente Lola Herrera- en el canal televisivo tildado de derecha extrema Intereconomía, conduce un programa de debate con jóvenes universitarios titulado Una hora con Mario, el otrora máximo dirigente del Banesto Mario Conde, condenado por apropiación indebida, falsedad de documento mercantil y estafa por la Audiencia Nacional y Supremo. En 1HCM, acrónimo del programa, el expresidiario se permite el lujo de asesorar en temas mercantiles, sociales o políticos al mocerío del plató. Sin vergüenza, sin rubor, se extiende el declarado estafador sobre cómo deben conducirse políticos, jueces y empresarios en este país, según su saber y entender. En un país que es posible este dislate, pensará nuestro ínclito Roberto López, a la sazón, responsable directo del cataclismo de la CAM, por qué no plantearse un programa similar, Una hora con Roberto compitiendo en prime time con Senyor Retor o L'Alquería.

Una hora en la que los universitarios que cursen Económicas o Administración y Dirección de Empresas, asistan a las clases magistrales de nuestro personaje: Cómo acabar con una entidad financiera en una década de despropósitos, cómo arriesgar hasta límites insostenibles el dinero de los demás. Cómo embarcarse en inversiones quiméricas allende nuestras fronteras en las que las pérdidas millonarias fueron antesala de la insolvencia postrera. Cómo las remuneraciones millonarias y fastos silenciaban las escasas voces hostiles en consejo y comité. Cómo tergiversar las indicaciones de la autoridad monetaria para conseguir la anuencia de los órganos de gobierno. Cómo huir instantes antes del derrumbamiento final de la entidad llevándose un retiro millonario. Cómo aperturar cuentas en paraísos fiscales y al tiempo abandonar el negocio tradicional en busca de ganancias ilusorias en proyectos insostenibles, exigiendo a sus subordinados objetivos al filo de irregularidades administrativas y contables. Cómo desvirtuar cuentas y resultados embaucando a los órganos de gobierno.

El ejemplo del laxo tratamiento judicial dado por el momento al responsable de la debacle de la Caja Castilla la Mancha, no debiera animar a los dos últimos directores generales, director de Inversiones y resto de directivos o consejeros que desde la deslealtad al cliente se pudieron beneficiar ilícitamente de sus cargos, pues tanto los administradores como el propio Banco de España se muestran partidarios de depurar responsabilidades ante los tribunales. Esta actitud del BdE y de los administradores, debiera silenciar a los voceros que desde algún sindicato u otros foros, centran su exacerbada crítica en ellos, evitando hacerla a los verdaderos responsables del latrocinio llevado a cabo en la extinta CAM, en un recíproco do ut des con alguno de ellos, cuando además en poco más de un mes han apartado a la directora general y han otorgado su confianza al seguramente más preparado y comprometido miembro del anterior Comité de Dirección.

Cada loco con su tema, contra gustos no hay disputas; cada uno es como es, cada quién es cada cual y ve la feria según le va, pero cuando el gusto es pieza de dueño ajeno, aparece la disputa, que suele terminar en tribunal para bien del dueño y perdición del pródigo usufructuario.