ESTABA tan igualada la cosa electoral en l'Alfàs que la candidata popular, Maite de la Huerta, se arremangó el traje y dijo: ésta sí que no vota. Y ante las cámaras de una televisión local logró que una mujer noruega minusválida no pudiera depositar en la urna el voto que ya traía en un sobre porque venía acompañada de su asistente socialÉque era a su vez candidata del PSOE. La actuación de la líder popular fue providencial: consiguió que el alcaldable socialista, Vicente Arques, sólo la ganara por 31 puntos porcentuales. Así que podemos concluir que si de la Huerta no llega a intervenir en tan importante controversia electoral, Arques la deja sin concejales. Lo del PP de l'Alfàs sí que que es saber perder: no sólo ha logrado que Jorge Alarte al fin haya encontrado un pueblo donde poder felicitar a los suyos, sino que su candidata se ha hecho famosa en toda España con el vídeo en cuestión y ese "no vota, no vota" que, en alusión a la votante noruega, ha recorrido como un grito de guerra toda España. Otro gran perdedor ha sido el alcalde saliente de Calp, Ximo Tur, posiblemente uno de los pocos munícipes de España que no ha logrado siquiera acta de concejal pese a haberlo intentado. Tur se lo ha currado: no está al alcance de cualquiera una legislatura como la suya. La comenzó apoyando a un gobierno del PSOE, la siguió aliándose con el PP para hacerle una moción de censura a los socialistas que le convirtió en alcalde y la finalizó peleándose también con los populares para acabar gobernando con el apoyo de una multitud de tres ediles: un concejal díscolo del PP, un amigo del PSD y él mismo. Resultado tras el domingo: fuera de la corporación. El caso de Tur demuestra que al electorado no le gusta la fontanería política, pero los políticos no aprenden: también en la villa del Peñón, Javier Morató, alcalde del PP durante muchos años, se peleó antes de las elecciones con el PP, se presentó durante las elecciones con otro partido, Alternativa por Calpe y después de las elecciones ha dicho que le va a dar su apoyo el 11 de junioÉal PP. Viva la coherencia. El alcaldable popular, César Sánchez, se está ganando a pulso la vara de mando: con lo que me había costado librarme de ellos y ahora resulta que no pueden vivir sin mí, dicen que han dicho. A veces ni ganar te deja tranquilo. Ahora bien, Sánchez no se puede quejar. Su colega de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, ya quisiera estar en su lugar. Porque en la capital turística ha sucedido algo semejante a Calp pero con un final aún abierto, como en las pelis buenas: Gema Amor, presidenta del PP local durante muchos años, se peleó antes de las elecciones con el PP, se presentó durante las elecciones con otro partido, el CDL y después de las eleccionesÉ quiere ser alcaldesa con 3 concejales. Fenoll la llama y Amor tiene el buzón de voz. Fenoll la vuelve a llamar y Amor le dice que ya nos veremos. Fenoll le manda un intermediario y Amor le dice que no le vale. Ay, César, qué suerte tienes, piensa no sólo Fenoll sino también Agustín Navarro, pendiente de si Fenoll y Amor quedan o no quedan a tomar una cerveza. La esposa de Navarro, pobrecita, se lo dijo a su marido de forma muy gráfica: "ya podías haber ganado bien las elecciones o haberlas perdido bien. Pero esto, esto no es vida". Ni para ellos, ni para los periodistas, ni para el pueblo. Ay, el pueblo.