Los populares son la fuerza más votada en toda España, incluso en Aragón y Extremadura; y han arrasado en Murcia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Baleares. Con el nuevo mapa político que se vislumbra en España, se abre una realidad adecuada para empezar a impulsar medidas que afectan a las competencias nacionales como son las del agua y, por supuesto, para devolver a los agricultores la ilusión. Hoy podemos decir con orgullo que atrás quedan los años de sufrir malos tratos por parte de los socialistas, que no sólo no han defendido al sector, sino que ni siquiera han hablado de agricultura. ¡Si hasta nos quitaron el Ministerio para crear un estéril Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino!

Afortunadamente para los productores de alimentos, la conquista del Partido Popular se ha producido en casi el 100% de las distintas autonomías y municipios que integra el Estado español. En este momento histórico, con esta mayoría más que suficiente, pueden abordarse todos los proyectos e iniciativas pendientes que quedaron relegadas en el cajón por la fuerte oposición que mostraron ciertos gobiernos regionales.

Eso sí, detrás debemos empezar a dejar todo el sufrimiento que nos han causado. Desde la negación a darnos agua, las amenazas de acabar con trasvases tan consagrados como el Júcar-Vinalopó, la espada de Damocles sobre nuestras cabezas para que no podamos hablar de preciosÉ Por todo ello, desde ASAJA Alicante consideramos que ahora es el momento de reivindicar con la fuerza y legitimidad que dan estos resultados electorales, el PHN y el trasvase del Ebro.

Cuando el laureado presidente del PP, Marino Rajoy, anunció desde el balcón de la calle Génova que se iba a poner a trabajar por España, a muchos se nos vino a la cabeza este anhelado Plan Hidrológico Nacional. Pese a que este tema también ha sido tratado con cautela por el partido, deben ser conscientes de que el rescate del PHN proyectado por el expresidente José María Aznar, que contempla el aporte de cuencas excedentarias y apuesta fuertemente por la creación del viaducto del Ebro, posee un interés primordial.

¡Es una obra faraónica! Sollozarán algunos y yo les digo que, como tal, el trasvase del río más caudaloso de España, posee unas posibilidades impresionantes de generar nuevos puestos de trabajo, cuestión de vital importancia teniendo en cuenta la lamentable situación del desempleo español, que ya afecta a más de 4.200.000 españoles.

Según un estudio elaborado por profesores universitarios, dirigido por mi querido amigo Joaquín Melgarejo, el trasvase del Ebro habría creado, con su construcción y puesta en servicio, más de 510.000 puestos de trabajo directos e indirectos en la Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y la provincia de Almería. En la agricultura, se crearían casi 30.000 empleos y se favorecería la incorporación de jóvenes permitiendo la regeneración del sector, una necesidad imperiosa. En la construcción, que no consigue levantar cabeza y parece que así será durante largo tiempo, se crearían 85.092 nuevos puestos de trabajo durante la ejecución de la obra. España entera se beneficiaría del "acueducto".

El trasvase del Ebro era ya en 1937 un instrumento necesitado y el Gobierno de la II República trató de impulsarlo, tal y como se demuestra en los originales del entonces director general de Obras Hidráulicas del Gobierno republicano, Félix de los Ríos, en los que planificaba los aportes hídricos al Levante peninsular. No creo que tengamos que seguir esperando más años para que se cree y confiamos en el PP para que por fin lo ejecute. Las promesas no son infundadas y gratuitas. El programa es un compromiso. Hay que ejecutarlo. En el tema del agua, la planificación nacional, ahora sí es posible. Es el momento de abordarlo con sentido común y velando por los intereses generales de España.