El pesoe tiene bastantes papeletas para quedarse sin la alcaldía de Odón Elorza y, por contra, ha puesto al alcance de Arenas el timón de la Junta para el próximo embate, algo que no parecía fácil de lograr por mucho que te lo propusieras. Tampoco descarten que, ahora, Esperanza Aguirre acoja a los del 15-M como unos hijos. Y, por si lo todo fuera poco, Zapatero tendrá que pasarse el tiempo que le resta sin que ni siquiera le lleven anchoas. Claro que peor lo tiene Rubalcaba, predestinado a coger el relevo. Una salida factible sería la de hacerse pasar por José Mota porque, lo contrario, es decir convertirse en candidato socialista a las generales no creo que convenza demasiado a éste por muy buen humorista que sea. Hablando de humor, en la Vega se asegura que, sin Ángel Fenoll a su aire, la campaña de Mónica Lorente renta menos. En cambio nadie duda que, al depositar sus votos en la capital turística de la Costa Blanca, Zaplana introdujo las papeletas de Pérez Fenoll y de Camps. Con unos cuantos electores más de su corte, las "israelitas" se piden el Festival de Eurovisión. La reacción de Agustín Navarro ha sido lógicamente modélica: "Al pepé le han salvado las siglas y a nosotros nos han hecho daño". El análisis adquiere relevancia por tratarse de un tránsfuga reasimilado. Dentro de los efectos inquietantes, también está por ver dónde recalarán dos enemigos íntimos: el ex alcalde de Benidorm antes mencionado y el presi de la Dipu. La foto de la pareja, más que movida, es un tic. El mérito del pesepevé, en cambio, es ése: que aunque el suelo se le mueva peligrosísimente, ahí sigue quieto ayudando a que Castedo, Alonso y el lucero del alba rompan sus techos respectivos. La lectura de Elena Martín, descansando sobre la crisis la responsabilidad de lo ocurrido, bien lo indica. Los desvelos escalonados protagonizados por Etelvina Andreu, Roque Moreno y ella misma en el papel de candidata así lo atestiguan. Como diría el clásico, hay que saber perder. Y no lo duden. Éstos saben.