Los hay que , efectivamente, se empeñan en dar la nota. Depende de qué nota, desde luego. Nota con retranca la que se ha marcado la empresa SEROLO con esa caricatura de "reforma" de los carteles de la Feria de Fogueres. Sentido del humor, aunque algo negro, dejarse decir que la corrida de Cebada Gago no viene a Alicante porque en el cartel figura Alejandro Esplá, quien, por cierto, debería estar en la tarde del 24 para dar cierto tono de alicantinidad a tan señera fecha. Como si los toreros anunciados en un principio, Jiménez y Pinar, sean de los que suelen figurar en carteles de toros exigentes. Oiga, señora empresa, a otro mono con ese coco. Y, para acabar de arreglar la tibia reclamación municipal , dejan fuera a Pinar, triunfador en las dos últimas temporadas, y nos endilagan al simpático Manuel Díaz. De los Juli, Talavante, Luque y Cartagena nada se supo. Por cierto, los emolumentos de Andy en agosto no fueron los percibidos en junio. Como es lógico y comprensible. Aceptable el cambio de ganaderías, qué menos. Vamos, señores empresarios, que se empeñaron en dar la nota y, en significados aspectos, lo han logrado...

Aunque para nota de rica enjundia, para total satisfacción del aficionado, la segura rotundidad en que se viene mostrando Manzanares. Dos toros en la suerte de recibir, en la misma corrida, en Madrid, es todo un hecho insólito donde los haya. Puro deleite de hondo sentir del gran arte de matar con guapeza. Sí, no se dude, aunque por ahí, surjan dudas de si la primera estocada a su primer Cuvillo pudo ser "aguantando". De ninguna manera al "encuentro" o a "un tiempo". Conviene explicar la cuestión, que, al decir de las tauromaquias, descansa en sutiles y apreciables matices. Se "recibe" cuando es el torero el que lleva la iniciativa al citar, a toro parado, y traérselo toreado hasta consumar el cruce. Es la estocada por excelencia, por clásica, a lo Pedro Romero. Suerte en que el toro ha de ir muy toreado para vaciar con limpieza y salir indemne el matador. De alta nota...

Claro es que el Manzanares apoteósico vino en la consumación estoquedora en el sexto. Sobre todo porque se realizó en los medios, donde el toro fue toreado. "Los toros hay que matarlos donde se torean", dice el clásico, también Belmonte. Con toda la razón. Y se desbordó el caudal del entusiasmo de un público atónito ante tanta grandeza. El último toro así muerto, a gran distancia del cite por cierto, fue un bravo Conde de la Corte a manos de Luis Francisco Esplá. Con total sabor alicantino. Los hay que dan la nota. La más alta. Manzanares pide mando. Alicante. Mayo.