Hoy nos toca invitar. Hoy les invitamos a expandir sus pulmones. Les sugerimos un paseo por la comarca del Bajo Segura, tanto da en coche como en bici.

Pongamos por ejemplo: salir por carretera desde Orihuela camino de Bigastro. Al llegar allí, torcemos hacia la izquierda, en dirección a Jacarilla, Benejúzar, Benijófar, Rojales, San Fulgencio y Guardamar, y volvemos por El Campico hacia Los Montesinos. Desde aquí tomamos por Vistabella raudos hacia la Gran Ciudad. Este recorrido, si lo hacemos en coche, lo completamos en una media hora y poco más de una hora en bici. La ruta elegida nos supone el goce de transitar por el corazón de la comarca más rica, fértil y privilegiada del planeta Tierra. La comarca natural del Bajo Segura.

A lo que vamos. En esta comarca, "decíamos ayer", se produce el 50 por ciento del total de limones de toda España, logrando una calidad, reconocida y única.

Pues bien, este manjar de la madre naturaleza, por lo que se vislumbra, está en peligro de extinción. Precisamente por falta de estímulo, esperanza, ilusión y expectativas de futuro, de lo que está muy necesitado el sector. Ante tamaño clamor, los politicastros mandatarios hacen oídos sordos, siembran olvido e indiferencia.

Que un citricultor, después de poner todo su esfuerzo, su dinero y mirando al cielo -hay fechas del año que la tan ansiada lluvia se le teme, en lugar de agua puede caer granizo- (en la Vega Baja lo llamamos piedra), encima tenga que rascarse el bolsillo, pues qué quieren que les diga.

A los jornales, el agua a millón -expresión muy usual en la Vega Baja-, abono, insecticidas -cuidado, han de ser homologados según exigencias de la UE-, seguros agrícolas y poda -aquí se llama escarda- hay que añadir una nueva plaga, los robos. Pues bien, después, lo normal es esperar a la lotería de los precios.

Visto lo visto concluimos: el producir cítricos es un desastre. No rentable.

Es por esto que, en nuestro periplo por esta rica -climatológicamente hablando- comarca, hemos observado tantos árboles secos, tierras incultas y abandonadas.

Más a más. Quién se atreve a competir con países terceros. Aquí un obrero agrícola, recolectando limones, se saca un jornal al día, de 50/54 euros, misma cuantía que perciben en su tierra, en un mes. Desde luego, allí sin Seguridad Social ni algo que se le parezca.

Y dicen que hay paro. Unos dicen que 5 millones, otros que menos. Pues bien, hoy hemos visto en una finca de la Vega Baja a unas 140 personas recolectando limones. Lo sorprendente no es ver tal cantidad de gentes, ganándose el jornal, lo chocante es que no había un solo español. En nuestra tribulación nos preguntamos, con la de paro que hay en España... Hombre, contestaba Luis, es que a nuestros paisanos, no les gusta este trabajo, dicen que se "punchan" ¡Ah!

Cabe denunciar un nuevo acoso y derribo para la agricultura. Por si faltaba poco, por si tenía pocos gastos el sector, un nuevo impuesto se cierne sobre las explotaciones agrícolas. Las administraciones públicas necesitan fondos para malgastar por un tubo. "Hay que recaudar dinero como sea". Nos referimos al nuevo impuesto que se cierne sobre las balsas reguladoras de agua, las que están hechas desde hace más de 30 años. ¡Sí!, a los que sacrificaron tierras de cultivo para optimizar ahorro de agua gastando un pastón en instalaciones de riego por goteo. En lugar de primar el ahorro, la imaginación, la creatividad, se castiga con un nuevo y doloso impuesto. No valen coplas, ni recursos, ni historias. A pagar y a callar. Esto no hay quien lo entienda, en vez de estimular a la maltrecha agricultura, inventan nuevos impuestos. La cuestión es trabar el progreso, desilusionar al sufrido agricultor. Mientras tanto los politicastros, los que están aquí, como los que nos representan en Bruselas, pasan del sector. Duele, que ninguno se rebele ante tanta indolencia.