Marilola: acabo de leer tu artículo, ese que has escrito después de tu periodo de letargo, acogotada por "la debilidad de la carne", que, de una forma u otra, nos va llegando. Porque pertenecemos al tiempo del "disimulo", aquél que hace tanto tiempo también nos acogotaba. Ahora parece que anda de regreso, gracias a la alianza, como entonces, entre una Iglesia militante y una política que no lo era. ¿Recuerdas tú que alguien usara entonces ese término?. No se hacía política, eso era cosa de los rojos. La memoria no formaba parte de las cosas, porque "España había cambiado de conversación". El disimulo hasta en los poemas que nos enseñaba doña Mª Teresa: "Morir vos queredes, padre,É..-a mí como soy mujer - déjasme desheredada, -Irme yo por esas tierras - como una mujer erradaÉ -a los moros por dinero - a los cristianos por nada". Pero estos dos últimos versos se nos escamoteaban. Para disimular.

Somos, por tanto, de una generación de mujeres a quienes nos despertó la conciencia del disimulo, precisamente por serlo. La vida nos puede aletargar, pero poco, "hasta que un trozo de tierra nos cierre la boca", como decían los poetas románticos.

Hace unos días, en la tertulia de TVE que dirige Maria Casado, "59 segundos", entrevistaron al escritor y economista José Luís Sampedro, que expuso con gran lucidez, a sus 94 años, las circunstancias en que se mueve la economía neocapitalista actual. Una economía que ha prescindido totalmente de la ética. El dinero manda, decía, más allá de los virtuales mercados y sus paraísos fiscales. Zapatero, dijo, no podía hacer otra cosa, porque ahora no se trata de política sino de cambiar el sistema, un sistema corrupto cuyos promotores son cada vez más ricos mientras los trabajadores son cada vez más pobres. Pero de ello no se habla, dijo. Ni se eliminan los paraísos fiscales ni se acometen reformas importantes del sistema, los financieros causantes de este desastre no han notado sus consecuencias, porque siguen cobrando altísimos sueldos como si nada hubiera ocurrido. Y siguen dirigiendo nuestras economías, y por tanto, hoy, nuestra política. Dos de los contertulios, necios (ne-scio, el que no sabe), uno de ellos retrógrado y montaraz, osaron mofarse de las palabras de Sampedro, al que consideraron anticuado, de la época "Happy flower", lo que indignó al resto de los contertulios. Bien, pues ésta es la derecha que tenemos, montaraz, propia de otras épocas, lo que tú, Marilola llamas "los que no rebuznan más porque no se saben la letra".

Me dicen que mis artículos son poco mediáticos, lo siento, la Filosofía, (y como piensa Aristóteles , filósofos podemos serlo todos, porque todos los seres humanos tendemos a la lucidez), consiste en "meter el dedo en el ojo, allí donde más escuece". Y escuece mucho la picaresca de este país (somos todavía un país de picaros): el gran fraude fiscal permita que sólo los funcionarios, que controla la administración, paguen sus impuestos. El resto, los que tienen su dinero en paraísos fiscales, los que exigen todavía "la mitad en negro", esos no pagan impuestos, al menos proporcionalmente a lo que yo pago, ¿cómo creen que se puede sostener una sanidad o una educación pública? Privatizarlo todo, que es lo que, silenciosamente, diría yo, se está haciendo ya en la Comunidad Valenciana, nos conduce a la destrucción del estado de bienestar, a que los ricos sean cada vez mas ricos y los pobres cada vez más pobres, como dice José Luis Sampedro.

Con los impuestos, debidamente controlados, el problema de la deuda de este país estaría en vías de solución. Pero no parece que sea el caso. En una comunidad endeudada, con unos políticos encausados por corrupción, no sólo la economía se irá a pique, sino sobre todo la ética. Pero eso a los ciudadanos parece que no les importa mucho. Preguntan de otras comunidades: ¿Pero eso se sabe? No sólo se sabe sino que se busca la justificación por los votos. Porque saldrán, dicen, con más porcentaje de votos.

Ahora andan los internautas ¿? preocupados por los gastos del Senado. A mí también me preocupan. Pero ¿y si después del Senado quieren acabar con el Parlamento? Estas llamadas anónimas a la población pueden esconder gato encerrado. Y con el fascismo podemos topar, Sancho. La ética del disenso, el decir que no, es un derecho, pero como toda ética ha de proceder del interior de cada uno, previamente informado. Porque el ejercicio de la responsabilidad moral presupone la libertad. ¡Se capaz de pensar por ti mismo!, nos decía ya el viejo Kant.

Y, Marilola, como tú, un no a la postura de Carmen Posadas. Epicuro aconsejaba "vive escondido" si quieres ser feliz, pero "la felicidad también podemos encontrarla, - como decía Bertrand Russell-, en el compromiso", como hizo él toda su vida, "en el entusiasmo que produce abrirse a los demás con nuestros intereses y afectos".