Desaparecido el servicio militar obligatorio se evaporaron las vocaciones castrenses y desde entonces hemos tenido que importar de allende los mares a aguerridos jóvenes para que defiendan nuestro suelo patrio y nuestra bandera; ya no se ven por la calle uniformes militares, ni religiosos, profesionales o ideológicos, somos una sociedad civil.En Alicante sin embargo, en pleno centro, en la Plaza del Mar irrumpió en su día, bajo el mandato del Sr. Díaz Alperi y ahí persiste, un horroroso grupo escultórico que nos legó el Sr. Trillo como recuerdo de una parada militar celebrada en Alicante, conformado por tres reclutas de los gloriosos ejércitos de tierra, mar y aire, bajo una inmensa bandera.

La consecuencia lógica ha sido el emerger a unos metros una pieza escultórica de Juan Ripollés, "El Adivinador" que representa un personaje alegre y divertido, a la vez que pensativo y reflexivo, que mira al futuro confiado y gozoso, y a los "pollos" de manera irónica, preguntándose, sospecho, que hace un chico como yo en un lugar como este.

No se si alguna fuerza política lleva en su programa el traslado de la escultura bélica al Campamento de Rabasa, si es así que me lo haga saber, por una cuestión estética tiene mi voto.