Se tuvo que quemar un precioso bosque, se modificaron leyes para poder construir, fue el inicio del boom que nos ha llevado a la situación de crisis que vivimos, de los pelotazos, la corrupción, los "marujeos", fue en definitiva un proyecto megalómano, Terra Mítica.

Durante diez años nos han vendido que era la esperanza de la Costa Blanca, el futuro del turismo de calidad, no sólo para Benidorm, para toda la Comunidad. Mientras, los puestos que cobran mucho y trabajan poco se los quedaban los amigos de la Generalitat, el resto, trabajar mucho y cobrar poco.

Llegaron los americanos al parque. Más de lo mismo, no pusieron un euro pero se llevaron unos cuantos de todos los ciudadanos de la Comunidad que pagamos con nuestros impuestos una gestión catastrófica. Lo de Bienvenido Mr. Marshall, es una peli de Berlanga, aquí no los recibimos con alegría, viva su madre y viva su tía.

Cuando el pufo es muy grande y los políticos ven que ya no hay de donde sacar sin salir en los papeles, deciden vender el parque. Hoy, Terra Mítica, después del fuego, de la politización, de la gestión americana, del saqueo constante y del dinero que nos ha costado a todos, es propiedad de una empresa privada. La plantilla, con sus condiciones laborales y salariales, van en el lote y así se reconoce con la subrogación.

Lo primero que hace la nueva dirección es despedir a 54 trabajadores fijos, mediante un Expediente de Regulación de Empleo que el sindicato CC OO no firmó. Fue el único.

Lo segundo fue negar la negociación y la interlocución al comité de empresa. Estos señores modernos, a los que ahora se llama emprendedores, pensaron que al comprar el parque también compraban los derechos de los trabajadores, es decir, en el mismo lote, parque y esclavos agradecidos por seguir con trabajo.

La crisis está obligando a muchas personas a aceptar empeorar sus condiciones laborales y salariales y eso está siendo aprovechado por los emprendedores sin escrúpulos que ven en la tierra de las oportunidades, la excusa perfecta para ganar más o no perder. Ellos siguen teniendo sus porsches, sus audis y sus yates.

En Terra Mítica la mayoría de la plantilla es fija discontinua, los hay de 1.200 horas al año, de 600 y de 350 horas, dependiendo de la temporada en la que trabajen. Hasta ahora, el llamamiento se realizaba primero a los de 1.200 horas, cuando ya estaban incorporados, a los de 600 y luego a los de 350. Pero la nueva dirección ha decidido cambiar las reglas de juego, dejando fuera a más de cien trabajadores y llamando a personas que no han trabajado nunca en el parque o que tenían que incorporarse más tarde.

Además, a los que llama, les dice que se olviden del convenio, y que si quieren trabajar será con unas nuevas condiciones. Es decir, más baratos y más horas. Para colmo de la desvergüenza, entre los que no han llamado está la gran mayoría de miembros del comité de empresa, por lo que la plantilla que está incorporada no tiene representación sindical.

Como la feria de Navidad. UTerra Mítica ha sido hasta ahora un desastre de organización política, empezó con más de dos mil empleados y con la intención de abrir todo el año, ahora, la nueva dirección quieren eliminar la negociación colectiva y sustituirla por la individual. Si no entra la cordura, Terra Mítica puede acabar como la feria de Navidad, con muchas luces pero pocos truenos y en los juzgados todos los días.

Atravesamos una etapa de desmovilización, de tachar de imprudentes a aquellos que se atreven a no callar, pero todo tiene un límite, y algunos lo están sobrepasando. La nueva dirección de Terra Mítica ha motivado que el pasado sábado, 7 de mayo, se realizase una manifestación desde Benidorm hasta el parque contra los despidos y por la negociación de las condiciones de los que están trabajando. Durante los más de seis kilómetros de recorrido se corearon canciones, slogans, pero sobre todo se dijo alto y claro que no sobran trabajadores, lo que sobran son explotadores.

Nosotros vamos a seguir exigiendo los puestos de trabajo, no queremos que la nueva atracción de Terra sean los "parados a mogollón". El Ayuntamiento y la Generalitat que encumbraron el mito deberían impedir que se empobreciese el empleo de Benidorm y la comarca.

Las autoridades que le han dado su beneplácito a estos señores deberían exigir el cumplimento de la ley, que esto no es la jungla, señor George.