Hace bien TVE dejando claro, cuando llega al sumario la campaña electoral, que a partir de ese momento no dan información sometida a criterios periodísticos sino a la orden de la Junta Electoral Central, que marca el tiempo de cada partido. Da igual las majaderías que digan. En la sección, el orden de apariciones no indica la importancia del mensaje, es decir, el calado de la noticia. En ella no hay noticias. Hay propaganda. Y hacen bien en dejar claro su disgusto, en nombre de los periodistas de informativos, desde Pepa Bueno y Ana Blanco cada día, a Marcos López y María Casado el fin de semana. Y muy bien que rotulen la pantalla advirtiendo de que las imágenes que vemos no las ha recogido un cámara de TVE sino que han llegado a la redacción vía partido, es decir, servidas por el equipo de campaña de los grandes contendientes, PSOE y PP.

La otra noche, coincidiendo con el Telediario, conectaron en directo con un mitin que en ese momento interpretaba Mariano Rajoy. Hasta que no le avisaron de la conexión, el señor estaba en una cosa, pero en cuanto se encendió el aviso cortó el rollo anterior y se transformó. En un minuto tenía que vender el producto. Demuestran gran habilidad, hay que reconocerlo. La actuación de Zapatero fue grabada, y también eligieron los momentos más teatrales, incluso hubo unos segundos que me recordó a Buenafuente cuando al escuchar palmas, para tomar impulso, dice, sí, sí, no, a ver, sí, con la mano extendida pidiendo silencio. Ninguno se presenta a las elecciones del 22, pero como el espectáculo ha de ser entre grandes, los etcéteras candidatos a comunidades y alcaldías se relegan como hace Telecinco con los suyos. El morbo está entre Paquirrín y Aída.

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