Casi todos los políticos mienten. Bueno, ahora que estamos en campaña electoral creo que podríamos prescindir del casi porque es precisamente en estos momentos, cuando estamos a poco más de dos semanas de la cita con las urnas, cuando nuestros cargos públicos con aspiraciones de perpetuarse en el puesto están en su salsa: las promesas. Con tal de conseguir nuestro apoyo son capaces de asegurar que nos van a hacer un aeropuerto sin aviones y justificar la inversión invitando a los ciudadanos a pasear por él si nos atrevemos a señalar la incongruencia; o prometer que van a crear una conselleria para garantizar que no se repitan casos como el Gürtel, que en cualquier sitio del mundo se hubiera considerado como el colmo del cinismo pero que aquí en la Comunidad Valenciana los hay que incluso que presentan la medida como ejemplo de transparencia. En fin, para que extendernos con los ejemplos si como ven son capaces de darle la vuelta a cualquier crítica o discrepancia para presentárnosla como demostración de su buen hacer y de lo equivocados que estamos los que nos atrevemos a cuestionar algunos aspectos de su gestión de la cosa pública. Pero pese a todos estos precedentes me resisto a creer que en esta campaña electoral se van a atrever a prometernos que tras el 22-M las cosas nos va a ir bien. Soy incapaz de imaginar que en los mítines, ruedas de prensa y demás comparecencias ante la opinión pública se atrevan a pintarnos un futuro en rosa y no nos vayan a hablar de la obligada subida de impuestos que nos espera, de los recortes en servicios públicos que nos aguardan y del empeoramiento de nuestra calidad de vida, de la nuestra y a poco que nos descuidemos de nuestros hijos. No creo que nadie, por muy truhán que sea, se atreva a obviar que la mayoría de nuestros ayuntamientos están al borde de la bancarrota, y que la Generalitat está de facto en suspensión de pagos desde hace más de un año. Es todo demasiado grave, creo yo, para que nuestros candidatos lo obvien y nos quieran engatusar con sus trucos baratos. Muy irresponsable se tiene que ser para actuar en estos momentos en el propio interés y buscar sólo ser elegido alcalde o presidente de la Generalitat. ¿Serán capaces de llegar hasta ese extremo de indecencia?