La Vega Baja sigue siendo la gran olvidada en los proyectos de la Generalitat Valenciana y del Gobierno de España. En esta comarca, la zona costera carece de conexión ferroviaria pese a su creciente importancia poblacional y su carácter turístico. Guardamar del Segura, Torrevieja, las Playas de Orihuela -a 30 kilómetros de la ciudad oriolana- y Pilar de la Horadada, no tienen ni un mal tren que llevarse a la boca.

Se trata de una comarca invertebrada desde el punto de vista de las conexiones ferroviarias de cercanías, con un grave problema de aislamiento de las localidades costeras no sólo con el resto de la comarca, sino también con la capital Alicante y con Murcia (y, en consecuencia, con el resto de España y de Europa).

El caso de Torrevieja es singular, ya que hasta 1960 aproximadamente existió un ferrocarril de cercanías: la línea Torrevieja-Albatera. Esta línea, que conectaba la ciudad salinera con la red ferroviaria comarcal, fue cerrada por falta de rentabilidad económica (estancamiento de la población, emigración), aunque siguió funcionando hasta los años 80 tan sólo como línea de transporte de sal.

La realidad demográfica y económica ha cambiado radicalmente en los últimos 30 años: el enorme crecimiento de Torrevieja y el importantísimo flujo de viajeros que tiene la ciudad en los últimos años provoca continuamente grandes atascos del tráfico rodado en los accesos y en las calles de la ciudad. A Torrevieja acuden turistas, visitantes, dobles residentes, empresarios, negociantes y trabajadores que residen en otras ciudades; y todos tienen que desplazarse por carretera, ya que los que viajan en tren sólo pueden hacerlo hasta Alicante o Murcia (o, como sumo, hasta Orihuela). Resultado: dificultades de acceso, saturación del tráfico y mayor contaminación medioambiental.

A principios de la década de los años 90, a través de mi grupo político, presenté una primera propuesta para recuperar el tren en Torrevieja; esta propuesta se basaba en un proyecto, realizado con participación de técnicos de la RENFE, en el que se estimaba que era factible y rentable recuperar la antigua línea ferroviaria de Torrevieja con Albatera, y que sólo supondría una inversión de 400 millones de las antiguas pesetas.

Esta primera propuesta chocó con el rechazo del Partido Popular, que se apresuró a eliminar la antigua vía ferroviaria poniendo en su trazado el llamado Pasillo Verde. Durante los últimos años, hemos vuelto a plantear sucesivas propuestas para la recuperación del tren en Torrevieja, aunque de manera infructuosa por la cerrazón del PP y del PSOE.

En abril de 2010, la última de las mociones presentadas por Los Verdes para la recuperación del tren planteaba la necesidad de exigir que se incluyera a Torrevieja en los planes ferroviarios del Plan de Infraestructuras Estratégicas, concretadas en la construcción de ramales del AVE regional y en el Corredor Mediterráneo, y, lo que es todavía más importante, exigir que, en el plazo más corto posible, se incorporase a Torrevieja en la red ferroviaria de cercanías.

Esta moción de Los Verdes para exigir la conexión ferroviaria de Torrevieja fue aprobada en el pleno del Ayuntamiento del pasado 28 de diciembre de 2010, contando con el apoyo del PP y del PSOE y con la única e insólita oposición de IU.

Insólito también resulta que el candidato socialista a la Alcaldía, Ángel Sáez, el 28 de abril de 2011, haya "propuesto" un Pacto Local por el Tren para promover el regreso del tren a Torrevieja "en el menor plazo posible", reclamando la inclusión de Torrevieja en el Corredor Mediterráneo.

No se ha debido o querido enterar el señor Sáez que ese pacto o acuerdo por el tren ya existe en Torrevieja y que fue aprobado cinco meses antes de pedirlo él en meras declaraciones de Prensa, en el Pleno del Ayuntamiento del 28 de diciembre de 2010, contando, por cierto, con el apoyo de los concejales y de los ex-concejales de su propio partido.

El acuerdo municipal alcanzado para la recuperación del tren en Torrevieja habrá que pelearlo y exigirlo con fuerza frente a la Generalitat Valenciana y frente al Gobierno de España, implicando y contando con la participación de la sociedad torrevejense.

No será sencillo en tiempo de recortes presupuestarios, pero ya está dado el primer paso para que un día no muy lejano podamos escuchar, desde el interior de un tren, una amable voz que nos diga: "Señoras y señores pasajeros, próxima estación: Torrevieja".