Atención, pregunta. ¿Saben quién es Carlos Floriano? Los que lo sepan, que no huyan, cobardes. Los que no, con unas gafas protectoras tienen suficiente. Es el secretario de Comunicación de PP, pero uno, en verdad en verdad lo digo, y a pesar de que este señor ha tenido tardes memorables como envenenador de vinos, no esperaba que su ansia de protagonismo le nublara la ancha frente y llegara a torpezas de animador de banquetes con ambiciones. ¿Qué le pasa al PP en cuanto se habla de libertad en TVE como antes jamás hubo, qué mala conciencia tienen, qué tipo de complejos atávicos se les activan si se les pregunta si el modelo de televisión pública independiente y plural lo encuentran en Canal Camps o en Tele Espe? De nuevo, de un caso en el que han recibido tortas por todas partes, y con razón, en vez de retirarse, hala, han hecho una bola que asusta.

Enceguecidos, desacreditados, mentirosos, cualquier cosa vale para desacreditar a la televisión pública nacional. La última cochinada, el fallo técnico en el Telediario del sábado en la La 1. Yo lo vi. Así que a mí no me engaña. Y no suelo hacerlo, como dice que lo hace este vigilante de la independencia, relój en mano. Bobadas, señor. Tonterías, secretario general. Dice el cronometrador de informativos que el pobre Rajoy ocupó 18 segundos -como si le hiciera falta más para explicar su programa- y que el perverso Zapatero contó con 1' 46´´-como si tuviera bastante para explicar lo que nos debe-. Lo que no contó, pero la Junta Electoral Central a la que, huy, apelará, le recordará, es que mientras TVE arreglaba, conectaron con el Canal 24H, que ofrecía en directo la intervención de Rajoy -¿cuántos minutos, Floriano?-. No mienta, no diga florianadas.