Voy a escribir un artículo escribiendo bien de la CAM, que a lo mejor significa que no hable tan bien de alguno de sus dirigentes. Tampoco esperen que diga nombres. O a lo mejor me animo y me mojo. Creo que no. Ya me voy haciendo mayor para estar todo el día haciendo de "Pepito grillo" provinciano. Pero es que me queman semejantes locuras institucionales de una caja tan mía como lo es de los que han mandado en ella. ¿Por qué hemos llegado a esta situación tan límite y tan fea para la entidad?

La CAM es de sus impositores y de sus trabajadores. Esos son sus principales activos. Miles de pequeños comerciantes, pensionistas, profesores, policías, camareros, agricultores, pintores, albañiles, empleadas del hogar, mecánicos, actores, bomberos, secretarias, empresarios, taxistas, barrenderos, guardias forestales, guardias civiles, funcionarios, pescadores, hotelerosÉ han confiado, y confían en el buen hacer y en la honestidad de una Institución centenaria y con fuerte compromiso social en nuestra provincia.

Miles de trabajadores que amablemente, y prudencialmente, se han hecho con los barrios de nuestras ciudades apoyando y ayudando a los proyectos empresariales y profesionales que han necesitado nuestra gente. Y esos empleados de la CAM, hoy, son su principal activo. Su red comercial. Su cercanía. Su saber hacer. Su compromiso con la tienda de al lado. Su decisivo apoyo al sector productivo netamente alicantino: turismo, zapatero, alfombrero, turronero, alfarero y agrícola.

Gracias a los impositores y a sus trabajadores, la CAM ha desarrollado la mayor labor cultural y social que esta provincia haya podido imaginar. Porque el dinero reinvertido en la promoción social y cultural ha sido espectacular. No hay colectivo decente de esta provincia que no se haya visto beneficiado por la generosidad de la Caja nuestra. Un botín de ayuda económica y técnica que ha conseguido apoyar a los más necesitados alicantinos, y les ha hecho sobrevivir. Un apoyo indiscutible de oferta cultural y de entretenimiento que ha puesto a CAM Cultural entre las vanguardias de la promoción cultural.

¿Por qué hemos llegado a esta situación límite? ¿Cuáles han sido los errores que han cometido, los dirigentes, no los impositores ni sus trabajadores? ¿Qué político valenciano ha manejado los tiempos mal y las decisiones peor? ¿Quién estructuró esta debacle de inversiones ruinosas que han ahogado la liquidez de esta maravillosa caja? ¿Quién puso a algunos a mandar sin ninguna experiencia en banca y con nulas perspectivas técnicas? ¿Quién se calló durante tanto tiempo y por no sé qué económica razón? ¿Dónde se tomaron algunas decisiones? ¿Quién decidió romper la fusión, más razonable, con Cajamurcia, por personalismos rancios y absurdos? ¿Quién no supo encontrar compañero de viaje para esta nueva transición hacia la banca? ¿Quién se olvidó de Alicante mientras se dibujaba un nuevo escenario político-financiero de calibre mundial? ¿Por qué no se llevó mejor el tema de comunicación que ha hecho tanto daño a una marca tan potente como la CAM? ¿Quién decidió invertir en Mexixo lindo y ruinoso? ¿Por qué algunos políticos estuvieron para sacarse la foto y cuando realmente se les necesitó se ausentaron? ¿Por qué se manipuló la Caja con criterios políticos a conveniencia valenciana sin contar con el patrimonio de nuestros empresarios alicantinos y de nuestros trabajadores? ¿Por qué? ¿Por qué?

Pues a pesar de todas estas preguntas, maliciosas, pero que son tan verdaderas como que hoy es domingo, la CAM tiene futuro, si se contestan honestamente a esas preguntas. Tiene futuro, y la necesitamos, para que impositores y trabajadores alicantinos, se sientan partícipes de este proyecto. Tiene sentido por la labor social, empresarial y cultural que ha realizado y realizará. Y tiene sentido porque su patrimonio, su obra social, sus impositores y sus trabajadores tirarán del carro. A pesar de algunos dirigentes incompetentes e incapaces. ¿Van a seguir los mismos que han llevado a la Caja a esta situación? Vosotros mismos. Si otras cajas no están en esta situación algo habrán hecho mejor. Si otras cajas no están viendo como salvan sus dirigentes sus nóminas, sino mirando el bien de la Institución, algo habrá que copiar o sustituir. Yo tengo nombres y apellidos para poner al estropicio. Tengo causas y decisiones irresponsables a añadir aquí. Pero, ¿para qué quieren que se las cuente si ustedes saben lo mismo que yo? Aquí nos conocemos todos. Y la CAM es más importante que los que la han llevado a esta situación, porque la CAM no es ni de ellos, ni del valenciano. Hay vida después de éstos. Créanme, la institución es más fuerte sin alguno de éstos. Recuperémosla.