El sorprendente empate entre Marita Carratalá y Pepe Varo en las primarias del PSOE de El Campello arroja una patata caliente a la presidenta provincial de los socialistas, Ana Barceló, que tiene la difícil papeleta de desatascar un problema que se ha venido gestando en estos últimos cuatro años, aunque nadie, ni los más viejos del lugar, pensaban que las votaciones terminarían en tablas. Repetir las primarias sería un desgaste innecesario y exponer de nuevo a la opinión pública unas divergencias que en nada benefician el futuro electoral de un partido al que se le supone alternativa de gobierno al PP de Juan Ramón Varó. Así que la lógica, a veces esquiva en el ser humano y más en los políticos, tendría que imponerse lejos de fobias e intereses privados que no deberían manchar la marca de un partido como el PSOE. Los dos candidatos, hablamos de sensatez no de ciencia ficción, deberían sentarse con Barceló e intercambiar cromos, es decir, consensuar una lista. A lo mejor es patético pero en la alta y baja política las cosas son como son y no como nos gustaría. Quizá Carratalá y Varó sean incompatibles, ese es un problema que deben arreglar ellos sin involucrar a las bases y castigar las perspectivas electorales, aunque éstas sean pesimistas. A pocos meses de los comicios no es aconsejable grandes cataclismos, así que no tienen más remedio que entenderse. A veces, por mucha democracia interna que se propugne, las primarias dañan más que benefician. Que se lo digan a Edmundo Seva, que a pesar de ser alcalde de Sant Joan con mayoría absoluta ha tenido que pasar por el trance.