Salvo La 1, con arrojo y valentía, o probando a ver qué pasa ahora porque, todo sea dicho, Los Tudor estaba en la casa desde hacía años sin desembalar, las demás cadenas eliminan en verano sus series punteras. Desde luego, ninguna cadena, ni siquiera La 1, mantiene en verano las series de producción propia porque piensa que es dinero tirado. La audiencia es tan dispersa y está en otras cosas, que el consumo televisivo baja como baja la fiel rutina de ponerse los jueves a ver Gran ReservaÁguila roja. Y aquí me detengo. Águila roja. Yo creo que ni Globomedia ni la televisión pública creyeron que la serie del encapuchado vengador de pobres sería el bombazo que es. Suma audiencias que hacía tiempo no se veían. Por eso, en estos momentos, David Janer y el resto de actores, estarán enfrascados en el rodaje de la próxima temporada.

En Águila roja no cuenta tanto la fidelidad histórica, que supongo nadie pretende ya que no es una serie histórica sino que sucede en un momento de la historia, como la trama y sus vericuetos para mantener a la clientela enganchada a sus vaivenes. Al rebufo de un éxito que ha sorprendido, Águila roja está logrando que la ficción para consumo masivo haya dado un vuelco. Parece que las comedias insulsas con familia al fondo han pasado, por ahora, a mejor vida. Antena 3 también quiere contarnos en Hispania, la leyenda, no la historia de Viriato y su lucha contra Roma sino contarnos una de aventuras, amores, intrigas, lealtades y desengaños en un momento de la historia. Quien quiera fidelidad, que lea a los investigadores. Roberto Enríquez encabeza un reparto de grandes actores, que por estas fechas, envueltos en sayones, preparan lo que veremos en unos meses.