Los que tenemos ya una larga vida laboral y ya estamos más cerca de la jubilación hemos tenido la suerte de oir más veces los cantos de sirena de las previsiones o agoreros de que el sistema de pensiones no es sostenible porque la pirámide de edad predice que en el año 2050 habrá tantos pensionistas que saldremos a dos por cada uno que trabaje, como si se tratase de las ofertas de camisas o pantalones.

Esto me trae el recuerdo que allá en la noche de los tiempos, a mediados de los años ochenta, había una tribu, los llamados "yuppis", una estúpida raza que pensaba y proponía que trabajar mucho y estar estresado todo el día y llevar el pelo engominado era lo más "in". Después se ha demostrado que esto era una majadería. De esta tribu vienen los cerebrines que vaticinaron que para el año 2005 el Estado no podría pagar las pensiones porque la famosa pirámide de edad nos caería encima de la cabeza.

Esto desató la fiebre del sábado noche. Esto es, salimos corriendo a los bancos y a las entidades financieras y seguros a hacernos un plan de pensiones. Lo que llevó un río de dinero a las manos de estos benefactores de la humanidad (sus bolsillos) y ni se sabe en estas operaciones cuánto han ganado bancos y aseguradoras.

Luego los gobiernos de turno, los partidos y los sindicatos hicieron el Pacto de Toledo, con unas medidas sencillas y correctoras y cuando llegó el año 2005, fecha del fin del mundo para los pensionistas de España, existía una reserva que actualmente se cifra en una millonada de euros de superávit, lo cual parece que es la guinda del pastel de estos agoreros que lo que quieren es comérsela.

¿Qué consiguieron los profetas del pasado? Pues crear el temor a todos los trabajadores dependientes del sistema público, que hizo que muchos trabajadores destinaran una parte de sus ingresos a sus planes de pensiones externos y que se desentendiesen de la pensión pública, con resultados catastróficos para su futuro ya que cuando vinieron maldadas echaron mano de sus magros planes con lo que recuperaron el dinero ahorrado y perdieron el tren de su historia laboral.

Ahora nos vienen con la previsión de 40 años vista y con la pretensión de los 70 años como edad para la jubilación (recomendado por los sabios de Bruselas) no sé si reírme o llorar. Estos señores que hacen estas previsiones no caen en la cuenta de que todos los afectados no tienen su mismo estatus que ellos y no se paran a pensar que no todos los trabajadores son altamente cualificados, que unos tienen trabajos más humildes pero mucho más duros o ¿creen que sería normal ver a un camionero con un tráiler a los 70 años o a un conductor de autobús o de línea? Quizás un maestro de escuela con 25 chavales adolescentes. Digo esto por no caer en el topicazo del albañil en el andamio o el mecánico bajo el coche.

Sólo a un loco se le ocurre asar la manteca. Yo más bien creo que esto es una vuelta de tuerca más para reducir los ingresos de nuestros mayores. ¿Qué cómo lo harían? Pues muy fácil, con mayores facilidades de despido y más baratos cuando se alcancen los 50 y algún año más, se despide al trabajador y queda en el sistema con sus dos años en el desempleo y subsidio porque no pretenderán que se dé un empleo por precario que sea. (No sé si saben que en esta maravillosa sociedad de consumo a los 40 ya somos considerados como trajabadores mayores y obsoletos para desarrollar los puestos que nos ofrecen aunque sean de friegaplatos en una cocina).

Con esta magnífica jugada se consiguen dos cosas. Una que el individuo caiga en las redes del trabajo sumergido, pues de algo hay que vivir. Y dos cuando les llegue el momento de acogerse a la pensión ésta será la mínima harto ya de que les exploten las almas caritativas y sin escrúpulos que gobiernan esta sociedad, con lo cual cuenta redonda. Pensiones de miseria para una inmensa mayoría de trabajadores y anchas ganancias para bancos y especuladores.

Y no os dais cuenta de que os estáis cargando a la misma sociedad de consumo al reducir a la clase media a un futuro miserable.

Las campanas doblan por los mayores que no se mueren como antes y eso al gran capitál le duele.