Antes de mojar todo el pañuelo y buscar otro más grande para enjuagar las lágrimas tras leer la triste historia que se relata en la parte superior de esta página, conviene hacer un poco de memoria y recordar hechos pasados. El inicio. Un día, allá por el 2005, apareció por el Ayuntamiento de Alcoy un representante de la empresa La Generala, poderoso grupo inmobiliario con sede en Murcia. Esta compañía había "descubierto" que el antiguo colegio de la Uxola era un sitio ideal para construir un parking subterráneo. Al gobierno del PP, por lo que parece no escarmentado tras el "affaire" de la Rosaleda, la idea le entusiasmó y la apoyó de forma incondicional. Que hubiese un antiguo colegio en la parcela que se iba a utilizar, no suponía problema alguno; a pesar de tratarse de una zona a caballo entre Santa Rosa y el Ensanche cuyos servicios dotacionales son exiguos,un día llego la piqueta y demolió el edificio que molestaba. Para el recuerdo queda que el PP considerara "opinión particular" el informe técnico negativo del arquitecto municipal.

El concurso. El Ayuntamiento, como se ha dicho, acogió con alborozo el proyecto, con el que se pretendía favorecer a los vecinos de la zona y a los comerciantes del mercado de San Roque. Así, un día se lanzó el concurso inmobiliario al que, ¡sorpresa!, solamente concurrió La Generala. Hubo algunos problemillas que retrasaron el proceso, pero la obra se adjudicó a la empresa aspirante y se inició en su momento. A partir de ahí surgieron un cúmulo de despropósitos, que acabaron alargando hasta finales de 2009 un aparcamiento subterráneo que tenía que haber estado listo para las elecciones municipales de 2007 (tal previsión se recogió en este diario, con declaraciones del entonces concejal de Obras y hoy secretario autonómico de Cultura Rafa Miró)

El desenlace. La Generala, mientras todo esto se desarrollaba, puso en marcha el proceso para "vender" el aparcamiento, que iba a recibir -y, de hecho, ya tiene- a través de una concesión para 40 años. La compañía fijó unas tarifas de 20.000 euros para adquirir una plaza, más 30 euros mensuales de gastos y mantenimiento. Desde el primer día, la oposición puso el grito en el cielo, pues resultaba bastante incomprensible un sistema que obliga a "comprar" una plaza de garaje, que se pierde transcurridos 40 años. Todos, y yo mismo, pensamos que los estudios previos habrían indicado a La Generala que era una buena oportunidad, que le había llevado a invertir 5,5 millones de euros. Cuando abrió el parking, se anunció un "sondeo de mercado" para ver qué ocurría. No hacía falta ser muy listo ni tener un doctorado para adivinarlo: el resultado canta por sí solo. Si La Generala es una verdadera SA, alguien del consejo de administración debería dirigirse al consejero delegado y preguntar por este parking, cómo, por qué, etc. Y luego filtrarlo, claro.