S i un extraterrestre hubiera aterrizado por aquí esta semana, habría concluido que las cosas van la mar de bien: las Bolsas no paran de subir, mientras grandes inversores extranjeros compran deuda española; ante la futura publicación de los test de estrés de la Banca, Santander y BBVA aparecen entre los mejores de Europa; el Barça (perdón, España) tumba a Alemania en las semifinales del MundialÉ Crisis, what crisis?, como decía Supertramp en los 70.

Pero claro, no es oro todo lo que reluce en el "pan y circo" de estos días. Por ejemplo, es cierto que la última subasta de bonos fue exitosa, gracias a que el principal comprador fue ChinaÉ el mismo país, según algunas informaciones, que acabó de decidir a Zapatero para aplicar las medidas de austeridad (habida cuenta de que China es uno de nuestros principales acreedores y que, si deja de comprar deuda pública española, podría poner en aprietos al euro).

En cuanto a los test de estrés bancarios, a publicar el día 23, no son pocos los analistas que los creen diseñados de tal manera queÉ casi nadie saldrá malparado (sea la banca alemana o francesa, altamente expuesta a los deficientes bancos griegos o sean nuestras cajas de ahorro, fusionadas a toda prisa y de las que empiezan a publicarse informaciones preocupantes, calificándolas de "auténticas bombas de efecto retardado"). Para ese viaje de trileros, ¿hacían falta alforjas?

Mientras, España aparece entre los 15 primeros países con mayor riesgo de entrar en bancarrota (ya hay bastantes ayuntamientos con problemas para pagar las nóminas) o es la zona desarrollada donde más se tarda en abrir un negocio (entre 87 países estudiados por el Banco Mundial). Pero no importa: si la Roja gana a Holanda, se habrá ganado tiempoÉ antes de que muchos despierten.