Howard Webb, árbitro inglés, fue designado para dirigir la final de anoche. No fue la mejor elección. Al equipo español le birló dos penaltis contra Suiza, uno de ellos a Silva. No sólo no fue castigado, sino que se le recompensó con la final. Solamente dos jueces, el italiano Roberto Rosseti, quien validó el gol de Argentina en fuera de juego de Tévez, y el uruguayo Jorge Larriondo, quien no concedió el gol de Lampard a Alemania, fueron despedidos del Mundial.

El mayor castigo infligido a un árbitro fue el del Papa Pío XII al español Pedro Escartín. Escartín fue el primer español que participó en un Mundial. Lo hizo en cuatro partidos, como juez de línea, en 1934. Fue casualmente auxiliar en un partido del suizo Mercet quien, posteriormente, atracó a España en el desempate con Italia. Escartín tenía gran prestigio en Italia y al final de sus carrera fue encargado de dirigir el Italia-Inglaterra que acabó 0-4. Don Pedro era muy católico y quiso aprovechar aquél viaje para tener audiencia papal. Se la concedieron. Llegó al Vaticano y le advirtieron de que se arrodillara antes de que le saludara el Papa y no se pusiera en pie mientras éste no se lo permitiera.

Escartín cumplió y se arrodilló. Cuando llegó a su altura el Papa, supo que era español y se llamaba Pedro Escartín le espetó: "Así que es usted quien anuló ayer dos goles a Italia". "Si Santidad -respondió- pero fue con justicia". El Papa que era gran aficionado al deporte y en una de sus enfermedades, cuando despertó del sopor lo primero que dijo fue: "¿Como va Bartali en el Tour?", acabó la recepción sin conceder a Escartín el perdón de su pecado arbitral. Lo tuvo toda la audiencia arrodillado. "Puede usted afirmar que fue la mayor sanción que recibí", me dijo años después don Pedro. En los años en que Italia estaba dividida entre Fausto CoppiEl campeonísimo y Gino BartaliEl fraile volador, Pío XII era partidario de éste.

Los árbitros españoles no han tenido grandes actuaciones en los mundiales. El de mayor reputación fue el vasco Juan Gardeazábal, quien actuó en tres campeonatos, 1958,62 y 66. Fue especialmente elogiado en el de Inglaterra en 1966. Dirigió el Portugal-Corea del Norte (5-3) en que se llegó al descanso con tres goles a cero a favor de los asiáticos. Gardeazábal ponderó la actuación de los debutantes de esta manera. "Corrían tanto en el segundo tiempo que creí que me habían cambiado a los once y como no los distinguía porque me parecían todos iguales..."

El primer español que dirigió un encuentro fue el madrileño Ramón Azón. Fue en el Mundial de 1950, en Sao Paulo en el que Brasil y Suiza empataron a dos tantos. El siguiente internacional fue el valenciano Manuel Asensi, quien actuó en 1954. El también valenciano García Carrión fue juez de línea en 1982. Entre los colegiados españoles convocados para los mundiales ha habido quienes solamente han hecho debú y despedida. El actual, Undiano Mallenco, ha dirigido tres partidos y ha sido cuarto árbitro en otro.

Además de los citados han sido mundialistas Ortiz de Mendibil y Sánchez Ibáñez.Franco Martínez, el murciano que no pitó una final de Copa española hasta que murió el general por si había gritos contra él o se escudaban en él, estuvo en el Mundial de 1978. En la lista hay que añadir a Lamo Castillo, Sánchez Arminio, Soriano Aladrén éste fue, además, juez de línea en 1982, Díaz Vega, García Aranda, quien tuvo con el banderín a Tresaco Gracia, López Nieto recordman en tarjetas, dieciséis en total, dos de ellas rojas, y por ello no pitó otro partido y Medina Cantalejo.

Los españoles han dirigido 28 partidos, incluidos los de Undiano Mallenco y ninguna final. Gardeazábal fue linier en la final de 1958 y en el 62 pitó el partido por el tercer puesto entre Chile y Yugoslavia. Ortiz de Mendivil dirigió la semifinal del 70 entre Brasil y Uruguay. García Aranda también pitó una semifinal. En este caso en el mundial del 98 en Francia ente los anfitriones y Croacia. Medina Cantalejo fue protagonista en Alemania 96. Pitó un penalti a favor de Italia en el tiempo añadido lo que la salvó y fue, como cuarto árbitro de la final, quien advirtió al principal de la agresión de Zidane a Materazzi.

Undiano Mallenco aspiraba a dirigir el partido para el tercer puesto, entre Uruguay y Alemania, pero fue concedido al mexicano Benito Archundia.