Pisé por primera vez el estadio Rico Pérez en el Mundial de 1.982, jugaban Francia y Polonia, y con la solanera que cayó mi torso se puso de un color guiri tomatero que creo todavía me dura, porque, como no, mi localidad era en la grada que se construyó para tal fausto acontecimiento, grada que más tarde fue celebrada por su forma geométrica, parecida a un tricornio y nombre de mal recuerdo, por lo que omito su nombre, me quedo con la grada mundialista.

Bastante antes de eso, el natalicio oficial del estadio pasó por la celebración de un partido entre el Hércules y el Barcelona en el año 1974. Conservo todavía una entrada de ese partido que me regaló otra vieja gloria del Hércules, Santiago Baños, el cuidador del césped desde su construcción, quién todavía se despierta a media noche pendiente de que todo esté dispuesto para la celebración del partido del día siguiente, y seguro que hoy estará llorando a su presidente.

Coincidí con Rico Pérez en la temporada 84-85, cuando unos mal llamados problemas de salud forzaron un retiro más o menos diplomático, cuando se cansó de las críticas y los sinsabores que el mundo del fútbol provoca a sus dirigentes, porque los éxitos son efímeros y los reconocimientos olvidadizos, mientras que los fracasos, sobre todo en este tierra menfotista, son el plato del día.

Hoy que todos hablamos de que a ver si conseguimos mantenernos la próxima temporada y no volvemos al foso negro, debemos de recordar que bajo su presidencia consiguió que el Hércules fuera un clásico en la División de Honor, la friolera de 8 temporadas seguidas en las Ligas Mayores, junto con dos ascensos.

Se conocía la Federación Española tanto como su propia casa, no en balde, consiguió la financiación precisa para que Alicante fuera subsede del Mundial del 82 y se aumentara la capacidad del estadio.

Menos mal que los "problemas de salud" del 85 no debieron ser muy graves, porque alcanzó a que la sociedad alicantina reconociera muchos años después, quizás tardíamente, los méritos alcanzados. Conforme vamos cumpliendo años me sale del subconsciente esa frase hecha de "que cualquier tiempo pasado fue mejor", pero en este caso no creo que nadie me lleve la contraria. Mis respetos.