Lo peor no es que Nico Terol perdió el liderato del Mundial en Montmeló. Ni tampoco lo es la caída que sufrió. Lo más preocupante de cara a sus aspiraciones a luchar por el campeonato es la inferioridad mecánica de su montura con respecto a las de sus rivales. Su Aprilia, hoy por hoy, no está al nivel de las Derbi, ni tan siquiera al de la moto de su compañero de equipo Bradley Smith.

Pese a que su equipo es con diferencia el que dispone de un mayor presupuesto en la cilindrada, el que el resto de equipos de la megaestructura de Aspar hayan hecho agua en Moto2 y MotoGP perjudica directamente a los intereses del piloto alcoyano. El fuerte compromiso del ex piloto de Alzira ante sus dadivosos patrocinadores y la falta de credibilidad que tiene ante la afición hacen que centre sus esfuerzos en las categorías superiores ante la falta de resultados. 125 es el "patito feo" de este Mundial y él es consciente de que tiene dos buenos pilotos y unas motos competitivas, pero la falta de atención y la desidia han conseguido que sus rivales, a base de trabajo y de invertir en materiales para mejorar el rendimiento, dispongan hoy de unas monturas superiores.

En Montmeló se pudo constatar lo anteriormente expuesto ya que pudimos comprobar cómo todo un campeón del mundo como Julián Simón, pese a sus grandes dotes de pilotaje, empezó el campeonato sumido en el fondo de la clasificación y ahora ya hace podio y en breve será aspirante a la victoria. En cambio en la cilindrada mínima la moto de Terol cada día está más lejos de las de Marc Márquez y Pol Espargaró. Quedan muchas carreras, y ni éste ni ningún equipo del mundo se pueden permitir el lujo de desperdiciar el talento del alicantino. Rectificar es de sabios. Y tiempo hay para ello; y presupuesto también.

El momento de forma de Márquez es impresionante y sus cuatro triunfos consecutivos han elevado su moral por las nubes. En Cataluña fue una apisonadora que pasó por encima de todos sus rivales. En cambio a Terol lo vimos rodar "colado", sobrepasando todos los límites con lo que, pese a acabar en el suelo, demostró que además de clase tiene coraje y casta de piloto. Confiemos en que se pongan los remedios necesarios para que su moto sea una ayuda y no un lastre.