La oposición municipal ha vuelto a exigir un año más la cesión de suelo industrial en el que poder plantar la Ciudad del Cartón. Mientras llega, se reabre la diatriba en torno a si el estilo alicantino que introdujo Gastón Castelló pervive. Para el presi del Gremio de Artistas, "la Ciudad del Cartón sería clave para muchos jóvenes que no pueden mantener un taller propio" y, respecto del estilo alicantino, Pascual Domínguez asegura que "todo se globaliza y se mezcla, con excepciones como Pedro Abad o Santonja, que lo mantienen puro". La tendencia al mestizaje en todos los órdenes es desde luego una realidad. Y Manuel Jiménez lo confirma. El patrón entusiasta de Florida-Portazgo defiende con pasión al artista de Burriana, que ha concebido la hoguera ganadora 2010, y apuesta por retenerlo convencido de que "ha sabido captar lo que es la esencia de la hoguera de estilo alicantino". De modo que Martínez Aparici sería un asimilado. Llegados a este punto habría que plantearse si no será que el estilo alicantino es el que impregna cantidad de manifestaciones. No lo infravaloremos. Ahí está, por ejemplo, el palacio de congresos. ¿Cuántas sociedades de rasgos similares pueden permitirse el lujo de responder varias décadas después del primer proyecto con un "dónde"? Ésta nuestra, sin embargo, puede. Por no hablar de la solución para el botellón que posiblemente pase porque, un año de estos, deje de estar de moda y tú verás cómo entonces igual no hace falta ni afrontarlo. Y qué decir del caso Ikea. Los libros de historia recogerán que, a raíz de pretender instalarse en Alicante, los suecos dejaron de ser fríos. Por eso digo que resulta innecesario preocuparse por el estilo alicantino, tan pujante él. En consecuencia, bien haría la oposición en dejar de reclamar con esa insistencia lo que no es una prioridad. Es que más acartonados no sé si es posible estar.