Cada vez que le preguntan a Castedo, o alguien lo intenta, por lo que pasa con su director general de Seguridad, la alcaldesa no mueve un músculo. Es más, se especula con que se haya quedado gratamente sorprendida por la cantidad de visitantes con los que ha contado este año la exposición del ninot y que, su actitud en el apartado en cuestión, no responda a un desdén al ciudadano sino que estaría más en sintonía con las ganas con las que se habría quedado de optar a una mención. La verdad es que, salvo que se digne a aclarar los motivos, la plantà de Cormenzana este mismo año entre la poli y el cuerpazo de bomberos es de premio especial. En un momento en el que las contrataciones andan como andan, se le pone al frente de la cosa por ochenta mil euracos, que se dice pronto, para en teoría poner orden en el patio y, antes de alcanzar las fiestas, ya se ha chamuscado el invento. Igual es que Alcaldía es tan perspicaz que se ha anticipado a los acontecimientos y lo ha hecho para compensar el órdago que acaba de lanzar Altozano hasta que no le expliquen los motivos. Quién puede aspirar a que un jurado dé explicaciones cuando quien tiene la obligación de darlas tras el pedazo de comisión que puso en danza para nada hace mutis por el foro. No quiero ni pensar cómo debe estar viviéndose todo este llibret entre los municipales de uniforme. Desde los de a pie hasta los mandos. Si lo que había era que poner orden, la receta desde luego ha sido mágica. Sólo ha faltado que, de ayudante del ínclito, se hubieran traído al seleccionador francés. Tampoco sería de extrañar que lo que desee Castedo en el fondo es que la manteen. Vista la marcheta, la actividad podría incluirse en el programa de actos. Motivos para alimentarla no van a faltar. Hablando de órdagos, ella le lanzó el de la reconversión del estadio a Alarte y éste -ya me contarán- dijo que adelante. A día de hoy parece que van a cambiar el césped. Viendo el panorama, mucho me parece.