Hay una frase intemporal de Paco Torreblanca que define muy bien su manera de vivir y de entender su vida y su trabajo. "Hay que tener la cabeza en el cielo y los pies en el suelo. La cabeza en el cielo para seguir soñando y creando, y los pies en el suelo para saber siempre de dónde venimos". Una frase que seguro, su gran amigo y ahora compañero Doctor Honoris Causa, Ferran Adrià también suscribe y reafirma. Pero si las frases de ambos les unen, hay palabras que les definen y que marcan su personalidad.

Amistad. Paco y Ferrán son dos grandes amigos. Durante muchos años han sido cómplices en el conocimiento. Han compartido experiencias, sensaciones, alegrías y tristezas, que les han unido en una gran amistad que refuerzan día a día. Son fieles amigos de sus amigos. Gema, Quique, José María y Susi, Lola y Mari Carmen, Paco, MiguelÉy muchos más, simplemente como amigos y no como compañeros, le arroparon ayer con la ilusión y la alegría que solo la amistad da. Una amistad labrada desde la humildad y el compañerismo.

Compromiso. Un compromiso que les nace desde sus ansias de compartir, de ayudar y de ser consecuentes en su afán de transmitir conocimientos y experiencias. Sin egoísmos, y con el altruismo que solo los mejores saben ofrecer.

Y pasión. La cocina y la repostería son todo pasión. Sin ella, el esfuerzo y la creación serían baldíos. Sin pasión solo hay mediocridad. A Paco y Ferrán, la pasión les sobra y les motiva a diario en la búsqueda del plato y el postre soñado, les ayuda en la amistad y les reafirma en su compromiso.

Desde ayer, hay otra palabra: Universidad. La gastronomía ha entrado por la puerta grande de la comunidad universitaria de las manos artesanas de dos genios.

Enhorabuena Paco y Ferran, y mil gracias por enseñarnos a todos a ser mejores amigos, más comprometidos con los demás y más apasionados. Gracias