El pasado domingo día 20, este diario publicaba una tribuna de la portavoz del grupo de concejales del PP en el Ayuntamiento de Elche, Mercedes Alonso, en la misma la vocera del grupo popular decía que Elche no se merecía un alcalde mentiroso. Eso sí, como siempre nunca daba detalles sobre la base de su acusación. Es lo que suele hacer, tirar la piedra y esconder la mano. Ella lo suelta y si cuela, cuela.

Pero puestos a hablar de dirigentes políticos mentirosos el paradigma ideal es Francisco Camps. ¿O es que la señora Alonso, se ha olvidado de que en el asunto de la guardarropía del presidente de la Generalitat, para ser más exacto en el tema de los ya célebres trajes, nos mintió a todos diciendo en primer lugar que al no sabía nada de esos trajes, para después decir que los había devuelto y por último en un intento por salvar su ya más que deteriorada imagen, dijo que los había pagado con dinero que había cogido de la caja de la farmacia que regenta su esposa. ¿No sabía nada? ¿Los había devuelto? ¿Los pagó? Si eso no es mentir e intentar engañar la gente, que venga la señora Alonso y nos lo explique.

Pero la señora Alonso, fundamente su acusación de mentiroso diciendo que el alcalde ha ocultado la deuda municipal a los ilicitanos cuando ello no es cierto. El alcalde y su equipo de Gobierno jamás han eludido el responder cuando alguien ha preguntado por el montante de esa deuda, dando datos reales de la misma. Este empecinamiento de la señora Alonso, por magnificar el endeudamiento choca con lo que los ilicitanos ven a diario en sus barrios, en lo que estos han mejorado. Más zonas de recreo para los niños, más centros sociales, máxima atención al buen estado de aceras y calzadas, más jardines, nuevos espacios públicos, máxima atención al mantenimiento de las instalaciones escolares, mejora del mobiliario urbano y del alumbrado, mejora y ampliación de las instalaciones deportivas, especial atención a los jóvenes, atención preferente a los servicios sociales y lo que es más significativo aún: emplear millones de euros en facilitar distintos servicios a los ciudadanos. Servicios que son competencia y responsabilidad de la Generalitat Valenciana y que esta no cubre por lo que es el ayuntamiento quien sin obligación, pero consciente de las necesidades, quien los facilita y los paga. El alcalde y su equipo de Gobierno jamás han ocultado nada y menos sobre el endeudamiento. Un endeudamiento, repito, que los ilicitanos lo ven a diario cuando transitan por la calle y utilizan las distintas instalaciones públicas municipales. No hay ocultación, ni mentira, máxime cuando ese endeudamiento se puede justificar y se justifica por sí solo.

En cambio ¿dónde se ven los 15.000 millones de euros que la Generalitat tiene de deuda? ¿En los barracones-colegio? ¿En las carencias de todo tipo de medios en Educación, Sanidad y Servicios Sociales? ¿En la no puesta en marcha de la Ley de Dependencia, donde las personas se mueren esperando una ayuda de la Generalitat? ¿En el despilfarro de Camps en regatas y carreras de coches? ¿En que por la falta de medios la Comunidad Valenciana sea puntera en el fracaso escolar? Esto y mucho más es lo que ha llevado a la Comunidad Valenciana a ser la segunda comunidad más endeudada y a la más ruinosa quiebra económica. Un endeudamiento a cambio de nada. Un endeudamiento de todo punto injustificable. Por todo esto, precisamente, es por lo que la señora Alonso se dedica a intentar desviar la atención de los ilicitanos. Ella sí miente y además sin ningún escrúpulo.